'Travesías', de Sergio Flores Thorija, historias de una ciudad y una frontera

Las vidas de Alejandra y Victor no pueden ser más diferentes. Ella trabaja en una estética de uñas, su hermano ha cruzado a Estados Unidos, vive en la precariedad laboral y sin mucha seguridad. Víctor tiene un negocio online que tiende a volverse exitoso, conoce poco de sus orígenes mexicanos y tiene esta incómoda sensación de no terminar de pertenecer a ningún lugar.

 

Las historias de Alejandra y Víctor coinciden en el artificio social de la frontera. Entre TIjuana y San Diego viven realidades constrastantes, que van del desconcierto a la violencia.

 

Travesías, película de Sergio Flores Thorija, busca crear su unidad desde el contrapunto: desigualdad económica y social, el miedo a lo que ocurre en el otro lado de la línea. Pero siempre el deseo de los personajes de reconocerse desde estas escisiones. Reconstruir identidades que son fragmentadas por fronteras ajenas a ellos.

 

Travesías participó el 19° Festival Internacional de Cine de Morelia. Estrena el 19 de octubre en salas mexicanas. Platicamos con Sergio Flores Thorija sobre su nueva entrega cinematográfica. 

 

Vienes de 3 mujeres o despertando de mi sueño bosnio, tres historias unificadas por el espacio, Sarajevo; Travesías es semejante: dos historias que ocurren en la frontera mexicana. ¿Habrá algún rasgo de autor en estas pequeñas historias que se relacionan por el espacio donde ocurren?

Fue coincidencia, pero hay elementos que se pueden destacar. Hablaste de pequeñas historias y ese es el cine que me gusta, los pequeños momentos de la vida cotidiana, cómo enfrentan los personajes sus circunstancias. 3 mujeres era sobre el rol de la mujer en esta sociedad musulmana conservadora de Bosnia Herzegovina; decidí que debía tener más de una protagonista para lograr un panorama más completo de lo que sucedía. 

Travesías es el retrato de esta ciudad dividida en dos por el mundo artificial de la frontera. La frontera es uno de los inventos más artificiales y tontos del ser humano, el mundo no está dividido y nosotros venimos a dividirlo en forma arbitraria. Yo quería hablar de las paradojas que existen en estas ciudades fronterizas cuando son divididas, como es el caso de Tijuana y San Diego. Era casi obvio que necesitaba un personaje de un lado y otro del otro. Fueron decisiones que tomé al principio del proceso de cada una de estas películas.

 

¿Qué te daba la frontera de TIjuana para contar Travesías?

Tijuana es un lugar con un panorama súper interesante, con una cultura alejada de Estados Unidos y del resto de México: sólo existe en TIjuana lo que uno puede ver en Tijuana. 

En Tijuana hay gente de todos lados del mundo, llegaron porque quería cruzar, no lo lograron y se quedaron ahí. Es una ciudad peculiar, incluso la arquitectura es diferente a cualquiera otra del país, se fue construyendo casi como si la estuvieran experimentando, y no es una ciudad con historia, como casi todas las de México, que vienen desde la Colonia y demás.

Y si volvemos a la noción de que Travesías es el retrato de una ciudad dividida, el otro lado también es importante. Por lo general las ciudades fronterizas de Estados Unidos tienden a ser pequeñas y San Diego es de las ciudades más ricas de Estados Unidos. Eso incrementa el contraste: en otras ciudades del sur de Estados Unidos están en su burbuja y hacen como que México no existe; aquí tienes el muro pegado y al ser una una de las ciudades con más dinero, el choque cultural es mayor.

 

 

Tanto Alejandra Carrillo como Víctor García son actores no profesionales, aun así no deja de haber un un casting, ¿Cómo conseguiste a cada uno y qué te daban para que fueran los protagonistas de Travesías? 

Me gusta trabajar con no actores, en el mundo hay seis millones de personas y para qué restringirse en el grupo de los que estudiaron actuación.

Obviamente eso implica una búsqueda enorme, que te lleva meses y meses. Por ejemplo, con Alejandra existió un casting en la calle. Si buscas gente que no quiere ser actor, no puedes hacer un llamado a casting porque no llega nadie. Entonces hago casting en la calle y se castearon cientos de personas. Para Alejandra fueron unas trescientas personas.

A Alejandra la vimos en una pizzería, comiéndose una rebanada en un rincón. Ahí inició todo; después pasó por muchas pruebas que incluyen bailar y cantar en la calle, como para que sepa que no le va a dar miedo hacer el papel.

Con Víctor fue diferente. A él lo conocí muy pronto, tres años antes de empezar el rodaje, por casualidad. Quería una persona que fuera de segunda generación de padres mexicanos, pero criado en Estados Unidos, que no son de allá ni de acá, y que les crea un conflicto enorme. Víctor me pareció un tipo interesante, con algunos puntos de vista diferentes a los míos, pero valía la pena destacar a alguien con posturas diferentes. Y fui a buscarlo a su casa, a tocar la puerta y hablarle del proyecto. 

Fueron dos procesos diferentes, pero en ambos casos eran las personas ideales para estos personajes.

En Travesias hay planos secuencia muy interesantes. Recuerdo sobre todo el de la fiesta, o en el que tus personajes no se cruzan pero los relacionas en la calle y el antro. ¿Cómo planeabas estas escenas?

Son secuencias complicadas. Por lo general éramos unas seis personas, siete máximo, porque yo quiero usar todos los recursos que tenga en tiempo para filmar, para que la secuencias salgan como yo quiero. Cada secuencia se hizo en un solo día, era una toma por un día de rodar.

Tienes ocho o diez horas para hacer la toma. Los plano secuencias más complicados, como el del principio, el de La última cena, o éste que va de la calle al antro, requieren mucha planeación de papel. Tienes que ir decenas de veces a la locación, primero grabo con un celular, cada movimiento está perfectamente planteado. Por ejemplo, en el antro hay más de cien extras y un equipo de trabajo de seis personas. Cada extra tenía una marca en el piso, los que quería que se movieran tenían flechas en el piso. Tenía que estar extremadamente controlado.

Con la última cena tuve la maravillosa idea de filmarla en el atardecer y eso lo complica mucho más. Si lo hacía diez minutos antes había demasiada luz, cinco minutos después ya era de noche, justo durante la toma se está haciendo de noche y era practicar todo el día, y ya que estaba en la luz pues todo mundo súper listo y a darle.

 Es un gran reto, pero al mismo tiempo es súper bonito. Estoy extremadamente orgulloso del resultado, en particular de esos planos, y también te dice que no hay nada que no se pueda hacer. De hecho quedé invitado hacer algo más complejo en la siguiente película, en verdad el límite debe ser nuestra imaginación, no si tenemos recursos o no.

 

Fue una gran sorpresa encontrar a Melissa Castañeda como tu productora, ella también produjo Los fundadores de Diego Hernández, de hecho Diego me platicaba de cierta efervescencia con la comunidad que hace cine en Tijuana; al verla pienso en ese movimiento. ¿Cómo fue tu experiencia con ella?

Travesías la rodamos antes de Los fundadores. Obviamente había muchas conexiones ,  conocí a Diego casi cuando llegué a Tijuana, igual que a Melissa; el crew de la película era parte de este movimiento de gente muy joven, de entre 20 y 25 años, que que quieren hacer cine; en realidad el único externo era yo. 

Melissa ha dicho varias veces que muchas cosas que aprendió con Travesías las utilizo en Los fundadores, y ese es un poco el chiste, el cine es una cosa grupal, de atreverse a hacer tus propias películas, quitar el miedo de encima. A mí me causa un orgullo enorme que ella y Diego hayan hecho su película con tan pocos recursos y hayan descubierto el cine que quieren hacer. Eso me parece genial.

 

Con Travesías aportas tu granito de arena a esto la descentralización de las historias. Te involucras no sólo con una historia de frontera, sino con gente que trabaja en la frontera y haces un cine que no tiene que pasar por la Ciudad de México.

Para mí eso es algo súper importante. Prácticamente el cine es exclusivo de la Ciudad de México y vivimos en un país tan rico, con tantas cosas que mostrar, que luego se pierden porque todo está muy centralizado y los recursos están centralizados también. 

Hay un fenómeno que pasa en nuestro país: como sólo se hacen películas en el DF, la gente de fuera no se cree capaz de hacer nada. Se les hace un sueño guajiro, o algo muy alejado de ellos. 

Si con algo me quedo, es que el equipo de Tijuana se haya dado cuenta de lo que son capaces, de lo que pueden hacer en un futuro.

El cine no es de que naciste súper talentoso, es de creerte capaz y eventualmente decir: ahora me toca a mí, voy a hacer una película y va a salir bien.

 

Travesías (México, 2021). Dirección: Sergio Flores Thorija. Guión: Sergio Flores Thorija. Producción: Castañeda, Melissa FLores, Sergio Flores Thorija. Compañía Productora: Leap of Faith. Fotografía: Sergio Flores Thorija. Edición: Sergio Flores Thorija. Sonido: RIcardo Carreño. Reparto: Alejandra Carrillo, Víctor García. Dirección de Arte: Brenda Bellozo.