Del 2 al 10 de julio vivimos una experiencia valiosa en Imcine: tuvimos trece mesas de trabajo, trece oportunidades de platicar con la comunidad cinematográfica y audiovisual de nuestro país, para recrear ese gremio cinematográfica diverso al que todos aspiramos.
El motivo central fue el intercambio de ideas alrededor de la reestructuración del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) en la Ley Federal de Cinematografía, que el próximo año deberá fortalecerse con las características del extinto Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine). Estas charlas buscan enriquecer y robustecer el tránsito hacia un fondo único, que contemple la pluralidad y diversidad de nuestra cinematografía.
Pero las charlas rebasaron el propósito central y se convirtieron en importantes foros para debatir las ideas, los retos, los intentos de toda la comunidad. Las mesas se realizaron a través de la plataforma Zoom y se transmitieron en vivo por nuestro canal de YouTube.
Más de 3 mil 506 personas participaron y siguieron en vivo cada una de estas mesas. Muchos las calificaron como un ejercicio histórico del sector.
“El objetivo es que logremos una voz consensuada, unida, que es indispensable para construir el mejor instrumento de apoyo al cine mexicano que es posible tener en este momento”, expresó María Novaro, directora general del Imcine, en la primera mesa de trabajo.
A lo largo de las 13 videoconferencias escuchamos los puntos de vista de 260 personas, pero participaron más de 910 desde los chats de las plataformas. Dos mil 596 personas siguieron las transmisiones y dejaron presencia con sus expresiones alrededor del cine que debemos construir.
En la primera mesa de trabajo se presentó la propuesta jurídica que adecua los artículos 33 al 38 de la Ley Federal de Cinematografía, correspondientes al Fidecine, la cual fue preparada por la Secretaría de Cultura de la mano del Imcine, para fortalecer al fondo.
Las siguientes mesas abarcaron todos los temas posibles que atañe a nuestra cinematografía, con pláticas hasta entonces inéditas, como las que tocaban al cine para la infancia o a los otros cines (experimentales y de acervo).
Las mesas en las que todos participamos fueron:
Aunque en el centro de los diálogos estaban los fideicomisos, el diálogo se extendió a todo el quehacer del instituto (convocatorias, programas, donativos), por lo que participaron áreas como la Dirección de Apoyo a la Producción, la Dirección de Vinculación Regional y Comunitaria –creada con el objetivo de descentralizar apoyos y formar profesionales en cine y audiovisual en el país–, la Dirección de Promoción del Cine Mexicano y la Dirección Jurídica.
Términos como descentralización, inclusión, regionalización; temas urgentes como la formación de profesionales y audiencias, propuestas para crear nuevas formas de exhibición: todo esto pobló las charlas. En ellas se ha ido fraguando una idea de amplios alcances: crear un cine que llegue a todas las regiones, con todas las expresiones y las posibilidades para nuestras creadores y creadores, esos que buscan elaborar la infinidad de espejos para reflejar nuestras miradas e historias.