'Pola Weiss' de Alejandra Arrieta: glorias y sobresaltos de una teleasta

Pola Weiss quería que en su título profesional le pusieran la palabra teleasta, porque así se concebia, una mujer que exploraba las relaciones más intrincadas del formato de televisión, y hacía con él la piedra de toque de su expresión artística.  En la universidad se lo negaron y quedó con la insulsa licenciatura en comunicaciones.

Hay una obra intensa, provocativa, lúdica, que creó Pola Weiss durante las décadas de los setenta y los ochenta. Es pionera de la videodanza, del videoarte, pero sobre todo de una actitud vital y trasgresora que se realizó en su producción, pero también en una intensa vida de intereses, afectos, fundaciones que heredó a toda una generación de cineastas o videoastas centrados en lo experimental

Alejandra Arrieta hizo suya la historia de la teleasta en Pola Weiss un documental tan eléctrico como lírico, emotivo y siempre discordante. Acaso la oportunidad de situar en un espacio protagónico, el que se merece, a la alucinante teleasta.

Pola Weiss formó parte de la Selección Oficial Largometraje México del 26° Festival Internacional de Cine Guanajuato y ahora participa en la sección Hecho en México de DocsMX18. Pretexto para hablar de dos creadoras: Pola, que acaso inventó el videoarte mexicano, y Alejandra, que en su homenaje a Pola también escudriña sus propias posibilidades expresivas. 

¿En qué momento identificaste a Pola Weiss y descubriste que era digna de un documental?

En 2015 yo estudiaba una maestría en Londres, con una beca del FONCA. Empecé a colaborar con mexicanos que estaban haciendo cine y arte, y en una galería de arte contemporáneo donde colaboraba hicieron una pequeña exposición de Pola. Fue una reacción a una gran exposición de Pola que se hizo en 2014 en el MUAC. 

A partir de esa fecha hubo un resurgimiento del personaje. A mí me llegó esa ola. A mí me tocó venir a México a revisar su archivo en el MUAC, que ya sabía que ahí se encontraba. 

Yo tenía experiencia en el documental de archivo porque trabajé en La historia negra del cine mexicano de Andrés García Franco, quien de hecho es el post productor de Pola Weiss. Cuando vi todo lo que había en el MUAC: las calificaciones del kinder, las cartas a sus mamás, eso que ya viste en el documental, me dije: “esto se tiene que contar”. Yo ya estaba enamorada de Pola, pero fue el encuentro con el archivo lo que detonó la idea.

 

Recoges varios testimonios de la familia de Pola, sus parejas y compañeros de batalla en sus proyectos. ¿Cómo fue el proceso de involucrarlos y que aceptaran participar en la película?

Muchos familiares y amigos no estaban satisfechos con la imagen que se tenía de Pola. A menudo se le juzga por cómo murió o simplemente por su belleza. Muchas cuestiones alrededor de ella no estaban relacionadas con su contribución al arte. 

Fue ganarme su confianza uno a uno. Algunos fueron más receptivos que otros. La familia de Pola, su hermana, su pareja y Edna Torres, quienes llevan todo su legado, fueron muy abiertos desde el principio, no tuve ningún obstáculo con ellos. Pero con exparejas, amigos y otros, fue necesario tener varias conversaciones y pláticas antes de sentarme a entrevistarlos.

 

En el documental Pola Weiss no puedo distinguir qué es obra de Pola y qué es un añadido tuyo durante las entrevistas, o al ordenar los materiales.  Tú también haces juegos de videoarte y me gustó ese afán de reflejar el ánimo, el ambiente y lo que le interesaban a Pola. 

Esa siempre fue la idea. Es parte de la premisa creativa, quería que los espectadores sintieran lo que yo cuando conocí ese archivo. Fue sumergirme en un mundo lleno de colores, caligrafía, fotos y videos que reflejaban la subjetividad de Pola. El documental debía tener una estética que reflejara esto.

Hay momentos con entrevistas y momentos experimentales, era importante mantener un equilibrio. Quería evitar que fuera algo incomprensible, pero a la vez quería ser fiel al espíritu creativo de Pola. Por otro lado, también fue importante para mí desafiar esta noción de dónde termina Pola y dónde empieza Ale, porque no conocemos los videos de Pola. Si conocieras su obra, sabrías perfectamente. 

Me alegra mucho que la gente esté viendo el documental y comprenda la historia de Pola. No estoy segura si les llamará lo suficiente la atención como para adentrarse en sus videos, pero estoy segura de que, si vuelven a ver el documental después de eso, lo disfrutarán más. 

 

Y también me parece importante que rescates a una mujer videoasta, es más difícil acceder a una obra como la de Pola Weiss por los machismos y las asimetrías de género. Me parece crucial que recuperes a la artista y a la mujer que experimentó altibajos en su vida

Hay algo muy feminista en todo esto. No es necesario que Pola se autodenomine feminista, basta revisar cómo vivió su vida. Incluso sin adentrarnos en su arte, simplemente su forma de llevar su vida. 

Pola genera un impacto en las mujeres. Despierta algo en nosotras, nos hace sentir que podemos hacer lo que queramos con nuestras vidas. Puede sonar básico o simple, pero nos faltan ejemplos así en México, que están sucediendo actualmente. 

Los personajes feministas que conocemos son en su mayoría de épocas pasadas, y a veces tenemos que buscar fuera de México para encontrar artistas inspiradoras. Es interesante que Pola, en muchos sentidos, estuviera adelantada a su tiempo, y aunque haya fallecido en el siglo pasado, su discurso y su arte están completamente relacionados con lo que está ocurriendo en la actualidad. Soy profesora en el TEC de Monterrey, y veo cómo suscita volar la mente de mis estudiantes de 20 a 21 años, Pola les hace mucho sentido, pero han pasado muchos años para que su arte comience a ser comprendido.

 

 

Trabajaste con los archivos de Pola Weiss, conoces muy bien su vida y su obra, no es poca cosa tu relación con la artista ¿Qué te deja esa relación? 

Fueron cinco años, probablemente mi relación más larga. Como toda relación, ha tenido sus altibajos. Al principio me enamoré y luego se volvió difícil. La pandemia se interpuso en el camino. El documental ha sido un desafío, ir a contracorriente. 

Era irónico leer a Pola en su archivo, quejándose de lo difícil que es llevar su vida de artista, cuando yo también lo estaba experimentando. Sin embargo, el personaje de Pola es lo que nos inspira, a mí y a todo el equipo. Estamos muy contentos de haber obtenido apoyos en los últimos años, lo cual ha cambiado el panorama. Pero los primeros años fueron muy difíciles. 

Éramos un equipo en el que todos estábamos convencidos de que debíamos contar la historia de Pola. Su ejemplo de creer en lo que haces y llevarlo hasta las últimas consecuencias es apasionante. Quizás no todos somos tan entregados como ella, pero nos ha dado un rumbo claro. Creo que eso me ha marcado en este proceso, más allá de los altibajos emocionales.

 

Pola Weiss, Dir. Alejandra Arrieta

 

Ahora lo presentas en el Festival Internacional de Cine Guanajuato. No sé si sea el estreno o si ya lo has presentado en otros espacios.

Es el estreno y estoy muy emocionada. La verdad es que teníamos la inquietud de reconstruir la voz de Pola y, desde hace tiempo, tenía ganas de experimentar con la Inteligencia Artificial que ahora será tema del GIFF.

Decidí aprovechar esta oportunidad y recrear la voz de Pola. Estamos muy emocionados porque ha quedado muy bien y será presentado en el estreno. Está en la versión final del documental y cuenta con esta última locura que logramos hacer antes del estreno, lo cual le agrega otra dimensión al documental.

 

Pola Weiss, Dir. Alejandra Arrieta

 

Ojalá sea una ventana para conocer más a un artista tan excepcional.

Nuestro objetivo es dar a conocer el documental tanto como sea posible. Se siente extraño, porque ahora me pregunto qué sigue, y viene una nueva etapa para promoverlo, exhibirlo y cumplir con la misión de dar a conocer la historia de Pola.

Pola Weiss (México, 2023). Directora: Alejandra Lucía Arrieta Méndez. Fotografía: Sergio Matamoros Conejo. Producción: Alejandra Lucía Arrieta Méndez, Sabino Alva Pulido. Guión: Alejandra Lucía Arrieta Méndez, Sabino Alva Pulido. Edición: Sabino Alva Pulido. Música: Iker Moranchel Weiss. Sonido: Sabino Alva Pulido.