‘Selva trágica’ de Yulene Olaizola: un wéstern en la selva maya

Yulene Olaizola crea su más reciente película, Selva trágica, que estrenará en la sección Horizonte de la edición 77 del Festival Internacional de Cine de Venecia, el primero que se hace de manera presencial en la era post-pandemia, del 2 al 12 de septiembre de 2020.

 

En Horizonte se presentan “películas que representan las últimas tendencias estéticas y expresivas del cine internacional”. El jurado cuenta con cinco cineastas de trayectoria internacional, entre ellos  Clare Denis. “Estamos felices que estrene ahí Selva trágica”, dice Yulene al inicio de la conversación.

¿De qué trata Selva trágica?

Toma lugar en los años veinte, en la selva maya de Quintana Roo, en la frontera con Belice. Era un territorio sin ley hacia el cual no se podía acceder más que por barco, donde empezaba a desarrollarse la producción y extracción del chicle. Los trabajadores se internaban en la selva por periodos largos en una selva maya llena de leyendas. Por otro lado, una mujer beliceña se ve forzada a cruzar la frontera y termina perdida en la selva mexicana. Esta presencia femenina altera el destino de este grupo de hombres; todo rodeado de las leyendas que ahí se cuentan, en un espacio misterioso como es la selva maya. Todo esto confluye en Selva trágica.

 

Tus películas suelen dialogar con los géneros: en Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo hay thriller, en Epitafio está la aventura, parece que en Selva trágica estás rondando el terror o al menos cierto suspenso…

Desde que empezó el proyecto era como western, por las actividades que se llevaban a cabo; por otro lado todo el misticismo de la selva y la cultura maya nos hizo entrar en terrenos de fantasía. Pero más que la intención de decir: ‘ahora voy a hacer un western’, Selva trágica coquetea con varios géneros, que surgen más de un proceso de interpretar la realidad que de forzarlo para ir con un género cinematográfico específico.



 

Epitafio trata de la Conquista, Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo no deja de ser un personaje cuya historia ocurrió veinte años antes de que lo relatas, ahora son trabajadores del chicle de hace un siglo, ¿ha sido casualidad o tienes una atracción natural hacia elementos históricos?

Más que me atraigan los elementos históricos me atrae la posibilidad de transportarme a otro tiempo y otro espacio, no importa si fue hace veinte años o hace 500. El cine tiene la capacidad de llevarte a esos lugares y tiempos distintos desde una perspectiva vivencial. Selva trágica se ubica hace cien años pero no hay información o datos históricos, es la experiencia de hacer vivir al espectador dentro de la selva, en un momento distinto al actual, cuando no había ninguna autoridad, donde los seres que vivían ahí eran dueños de su propio destino y podían matar a un compañero sin que hubiera repercusiones, donde el contacto con la naturaleza determina sus vidas.

 

Tus personajes también enfrentan la naturaleza: los conquistadores en la montaña, ahora la selva; se vuelve importante el entorno, no sé si como personaje o como condicionante.

En todas mis películas ha surgido un espacio en el que me gustaría filmar. A partir de ahí voy encontrando las historias de los personajes, así se crean mis primeras ideas cinematográficas. Creo que los lugares son como el primer detonante, me interesa analizar cómo esas geografías concretas afectan y determinan a las personas que allí viven. Los lugares se vuelven personajes con una importancia similar a la de quienen viven las historias.

Estos espacios también implican condiciones de trabajo especiales, no es lo mismo filmar en las montañas que en la selva, ¿cuáles fueron las dificultades de llevar tu crew y tu historia a esta selva?

Las cosas más complicadas tenían que ver con los trayectos: los traslados eran largos y tediosos; por otro lado había todo un tema de seguridad en la selva, que nadie salga con alguna picadura de víbora, que sería el riesgo principal en filmación. Obviamente el calor y la humedad también desgastan al equipo, pero cualquier cineasta está dispuesto a sufrir las inclemencias del clima si dota a las películas de una atmósfera que, si sabes aprovechar, puedes nutrirlas mucho. Se vuelven alicientes para la historia, todo eso lo incorporan los actores a sus personajes. Para mí siempre es importante que las películas se filmen en los lugares donde ocurren, al ritmo de lo que ocurre y sin imponer un sistema industrial, donde sacas al actor de la aventura que debería de vivir su personaje.

 

Rubén Ímaz fue codirector de Epitafio y también ha estado presente en tus otras películas, es tu aliado más notorio, esto me lleva a la idea del equipo, ¿qué tan importante es crear un equipo?

Muy importante, porque el cine es una actividad colectiva, aunque empiece como un trabajo personal todo el tiempo tienes que estar en contacto con las demás ideas y colaborar con un equipo grande. En este caso Rubén es productor, guionista, editor y estaba conmigo en el rodaje; también me rodeé de otros cineastas interesantes como Israel Cárdenas, director de Dólares de arena y La fiera y la fiesta; tuvimos coproducción colombiana con Oscar Ruiz Navia, que ha hecho películas como Los hongos o El vuelco del cangrejo. También está la fotógrafa Sofía Oggioni, que aportó desde su experiencia de haber filmado en distintas selvas, y colaboradores con los que vengo trabajando desde hace tiempo, como Pablo Zimbrón, productor de Epitafio, José Miguel Henríquez, diseñador sonoro de todas mis películas, Federico González en sonido directo, con quien trabajé en Paraísos artificiales. Siempre que uno construye un equipo de trabajo se fortalecen tanto los vínculos como las ideas creativas y el intercambio es más sencillo. Eso se aprovecha y se disfruta bastante.

 

¿Hay fecha para estrenar Selva trágica en México?

La pandemia ha retrasado todas las actividades y los festivales están todavía definiendo fechas, también se ha puesto en duda si se pueden realizar en formato presencial o virtual. Hasta que estas dudas no se resuelvan no sabremos cuándo se podrá presentar. Pero la idea es que una vez que pase por Venecia, Selva trágica siga con su ruta de festival y que el próximo año pueda verse en cartelera y plataformas digitales.


Selva trágica (México, Francia, Colombia, 2020) Dirección: Yulene Olaizola. Guión: Yulene Olaizola y Rubén Imaz. Fotografía: Sofía Oggioni. Música: Alejandro Otaola. Sonido: José Miguel Enríquez Rivaud. Director de arte: Luis Luino. Edición: Rubén Imaz, Yulene Olaizola, Israel Cárdenas y Pablo Chea- Productor: Pablo Zimbrón Alva, Rubén Imaz, Yulene Olaizola, Birgit Kemner, Philippe Gompel, Juan Hernández. Reparto: Indira Andrewin, Gilberto Barraraza, Mariano Tun Xool, Lázaro Gabino Rodríguez, Eligio Meléndez