'Dos veces tú' de Salomón Askenazi: múltiple dualidad

En esta película hay dos primas. Y dos parejas. Que se intercambian, como en aventuras swinger de personas con criterio. Pero después hay dos accidentes. Dos lutos. Dos formas de encarar la nueva vida. Dos ajustes de cuentas con los muertos (y dos formas de extrañarlos, o confrontarlos, o vencerlos).

 

Dos veces tú es un ejercicio cinematográfico que rompe paradigmas de tiempo y espacio, y ofrece una historia doble, un par de posibilidades que se extienden hasta volverse infinitas. Y suele pasar, en el fondo siempre hay uno solo cuento. Pero hay que ver la película para que se revele al lector. Salomón Askenazi también eludió el spoiler, pero nos cuenta otras cosas alrededor de su enigmática película.

Escribiste el guion además de dirigir. ¿Cómo concebiste la idea del intercambio de parejas y la especulación de qué habría pasado si muere una u otra pareja?

Me pareció un gancho interesante esta premisa de dos parejas que, por un juego estúpido, enfrentan un fuerte cambio de vida. Desde ahí juegas con la estructura y la perspectiva de contar dos versiones de la historia. Es un experimento de montaje, al final te deja este efecto de no estar seguro de qué paso.

Hay ambientes distintos en las historias de tus protagonistas: Tania (Anahí Dávila) parece más cínica y desparpajada, a diferencia de Daniela (Melissa Barrera), que podría ser más ensimismada.

A pesar de tener mucho en común, cada una es diferente. Su forma de enfrentar el duelo es distinta. Traté de imaginar situaciones cotidianas por la que podría vivir una persona en duelo, como llorar y fumar en la cama pero también hacer su smoothie y comprar una hamaca. Al final cada personaje tiene su mundo. Tania empieza a tomar la vida de Daniela y hay un tema amoroso con el esposo de Daniela; la historia de Daniela es más fantástica y tiene en su centro la venganza contra el responsable del accidente, el mago. Hay matices en cada historia.

 

¿Recurriste a algún libro, autor o tradición para plantearte esta idea de la doble vida y el cruce de tus protagonistas?

Estoy muy metido leyendo física cuántica y la teoría sinérgica de Jacobo Grinberg. Muchas tradiciones dicen que el tiempo-espacio es una ilusión, fue un poquito mi influencia para contar la historia. Y jugar con las reglas, no lo que conocemos día a día; otro tipo de reglas: un mundo de multiversos y una conexión entre todo lo que pasa; esto fue sin duda una influencia en el guion.

En Dos veces tú está muy presente la comunidad judía, sin que necesariamente sea el centro de tu película. ¿Ésta le da un agregado a tu tema central?

Le agrega frescura en general. Hay películas donde aparecen judíos sin que tenga que meterse una temática del judaísmo, o un tema religioso de la comunidad judía. Justo mi inspiración son unas primas judías que conozco, continúe con esa esencia y que sean judías le aporta a la historia. La película consta un poquito de lo que las primas tienen en la mente, a través de ella viajan al futuro y al pasado, todo el tiempo jugamos con realidades diferentes a la que vivimos.

Además, la muerte en el judaísmo es muy interesante, y tienen rituales alrededor de la muerte que también aportan a la historia.

 

Esta película la terminaste en 2018, ¿qué dificultades has tenido para llevarla a las salas?

Ha sido un trabajo arduo por la naturaleza de la película, que no se deja encasillar. En festivales había resistencia, no tenía un corte festivalero clásico, y a los distribuidores grandes tampoco se les hacia fácil de vender. Es una película que mezcla géneros, drama, thriller, comedia romántica. Decidimos distribuirla con mi productora, y ahora con el apoyo de Eficine distribución ha sido más práctico.


Dos veces tú (2018), guión y dirección de Salomón Askenazi, fotografía de Beto Casillas, reparto: Melissa Barrera, Anahí Dávila, Mariano Palacios, Daniel Adissi.