‘Kuxlejal (Vida)’: hip hop tsotsil contra el suicidio

Todo empieza con una noticia estremecedora: una alta tendencia de suicidios entre los adolescentes indígenas en San Andrés Larráinzar, Chiapas. El noticiero para niñas, niños y jóvenes “¡Vientos!, noticias que vuelan” reporta el hecho, y su fundadora, Elke Frank, encuentra material para hacer una investigación más profunda.

 

La sorpresa es que busca historias desoladas pero también encuentra una identidad juvenil rabiosa, entusiasta, que busca transformar el dolor en canto y la soledad en clica.

 

Kuxlejal (Vida), que mereció el Premio Especial Prix Jeunesse International de la Unesco y logró el tercer lugar en la categoría No Ficción de 11 a 15 años, es un hermoso documental sobre la identidad, sobre plantarse en el mundo con la lengua, las emociones y las zozobras propias.

 

Es una historia sobre saber permanecer.

Vienes desde un grupo cultural en Chiapas, con un noticiero televisivo para niños y jóvenes, Vientos culturales, ¿cómo decides dar el salto al documental?

Para el noticiero hicimos un reportaje sobre los suicidios en Larráinzar Chiapas a finales de 2017, quedamos tan impactados con el tema que vino la necesidad de hacer algo para apoyar a estos jóvenes. Obtuvimos un fondo en Japón, en 2018, para hacer este documental. Me gustaría revalidar el trabajo de televisión porque muchas veces se cree que es de menor calidad, pero nos lleva a una audiencia amplia y permite que nuestros mensajes viajen. Fue la primera experiencia de nuestro colectivo de trabajo.

 

Como directora guías el barco, pero da la impresión que los muchachos del documental van generando la historia de Kuxlejal, ¿cómo fue su participación?

Erick González, uno de los personajes principales, contactó a jóvenes de la comunidad y se unieron desde esta iniciativa que se llama S-Hip-Hop Lumaltik, “nuestra tierra”. Hubo mucho material de grabación, más de cuarenta horas, tuvimos que tomar muchas decisiones en la mesa de edición y a final de cuentas creo que si la historia se contó.

¿Tenías algún referente de orden cinematográfico que ayudara a armar la historia?

El equipo que colaboró fueron Humberto Gómez Pérez (producción) y Juan Antonio Méndez (fotografía), con experiencia en el documental. Admiro el trabajo de Juan Antonio, esta traducción del lente, de la técnica a lo humano, una mirada poco pretenciosa que permite a los protagonistas ser ellos mismos. Por ejemplo, si retratamos a un chico que canta hip hop, lo haríamos desde ciertos estereotipos y ángulos, como videoclip; no es la manera de trabajar de Juan Antonio, sino retratar seres humanos y eso le da mucho calor a la película. Por otro lado está el trabajo de producción en campo de Humberto Pérez, él es originario de Larráinzar y conecta con la realidad de estos chicos.

El montaje fue un trabajo más solitario. Mi camino, más qué artístico, fue psicológico, porque sabíamos qué objetivo queríamos lograr con la película: es una película para niñas, niños y jóvenes indígenas de los Altos de Chiapas, tiene que ser atractiva para ellos, una película que llegue a su corazón. Decidí editar más en función a las emociones que genera cada escena, y cómo nos lleva a través de un flujo más intuitivo.

 

Haces ver a estos personajes como nuestros contemporáneos, contra esta idea de que en las comunidades son más apegados a ciertos estereotipos de la tradición.

Es la vida real de estas chicas y estos chicos, es importante no tener estereotipos prefabricados, sino ponerse en sus zapatos y pensar cómo quisieran ellos que se contara su historia. En las presentaciones del documental les gusta cómo se ven. Uno de los chicos, Chuy, un día me visitó y observó parte del trabajo de edición, me dijo: “es que yo no sabía que me veía bien, que soy guapo, por primera vez en mi vida me doy cuenta de eso”. Cuando escuchas eso piensas que ya logramos nuestro objetivo. Queremos que cambie esta situación de los suicidios, este sentimiento de los chicos de que la vida no vale nada; lo que encontramos en Kuxlejal fue la importancia de la cultura propia y de la lengua materna para autodefinirse.

 

Ellas y ellos usan celulares y cantan hip hop en su lengua tsotsil, lo cual también lleva al tema de la importancia del lenguaje…

Hay muchísimos movimientos de hip-hop en los pueblos originarios, en Sonora, Yucatán, Veracruz, en localidades donde no hay escuela de música donde puedan aprender a tocar guitarra u otro tipo de expresión artística musical, entonces el hip-hop es un medio fácil para expresar tus emociones en tu propia lengua. Además está a la mano, porque podemos descargar las pistas desde el celular, es una herramienta que tienen ahora todos los chicos en las comunidades, por eso también es importante apoyar estos movimientos.

Existe el debate, si un documental cambia la realidad que retrata o si es un registro que provocan reflexiones pero no es directa su incidencia ¿cómo sitúas a Kuxlejal?

Kuxlejal sí es un trabajo de incidencia, nosotros sí queremos que mueva algo. Es difícil decir en este momento que haya cambiado algo en la comunidad, pero sí ha cambiado de manera positiva la vida de nuestros protagonistas, el sentimiento de esperanza, el positivismo, el sentimiento justamente de que la vida sí vale. A nivel comunidad y sociedad falta mucho, porque las y los jóvenes indígenas están doblemente discriminados: afuera por ser indígenas y dentro de sus comunidades por ser jóvenes, porque los adultos y las autoridades tradicionales no están de acuerdo con que sean parte de la globalización. En la película, durante la feria tradicional del pueblo, hubo incursiones de danza moderna y hip hop, es algo histórico, nunca había pasado en la comunidad. Hay rechazo a estas expresiones y tiene que cambiar. Para eso está Kuxlejal: queremos incidir, cambiar realidades.

 

¿Cómo ha sido la recepción de Kuxlejal?

Entre los especialistas del mundo audiovisual fue muy bien recibida. Muchos reconocen nuestro esfuerzo por contar una historia honesta, porque hubiera podido ser un melodrama o una cosa horrible por el tema del suicidio. También hemos recibido buenos comentarios que con un presupuesto pequeño hicimos un esfuerzo colectivo enorme para tener la mayor calidad cinematográfica. Pero lo más importante es la recepción a nivel comunitario. Antes del covid-19 pudimos hacer presentaciones comunitarias, tuvimos una preciosa alfombra roja en Larráinzar y fue bien recibida por las y los jóvenes; hay muchos comentarios en Facebook de ellos en nuestras presentaciones. Esperamos regresar con las presentaciones comunitarias y continuar en diálogo con esta película en los centros culturales y las comunidades.

 

¿Cómo tienen planeado mover Kuxlejal?

Queremos tener presencia en festivales, que sabes que muchos restringen las oportunidades de exhibición. Queremos llegar a la pantalla chica. Hemos decidido tener una solución digital en la página web de Kuxlejal, una mezcla entre Vimeo y página web para hacer streaming. Probablemente el primero será el 4 de julio, en el marco de un festival virtual de hip hop y junto a él tener conversatorios: tener disponible la película durante 24 horas y reunirnos a platicar de ella. La idea es tener una comunidad alrededor de la película. Por otro lado quisiéramos tener un buen estreno en televisión, ojalá pudiera ser alrededor del 10 de septiembre, Día de la prevención del suicidio, estamos buscando las pantallas de la televisión pública en México.

 

Kuxlejal (Vida) (México, 2019), Dirección: Elke Franke. Producción: Humberto Gómez Pérez. Fotografía: Juan Antonio Méndez Rodríguez. Sonido directo: Humberto Gómez Pérez y Elke Franke. Edición: Elke Franke. Música: Cristian Valentín Molina Ramos y S-Hip-Hop Lumaltik. Idiomas: tsotsil y español.