Acervo DocsMX, quince años de registrar la realidad mexicana

En octubre de 2023, DocsMX llegó a su edición 18: casi dos décadas de ser el festival referente del cine de no ficción en México. Desde lemas incendiarios como In Docs We Trust, los rallys imposibles del RetoDocs y una sólida y constante curaduría de los mejores títulos nacionales e internacionales, ha puesto a los documentales de todo el mundo en el sitio protagónico de nuestras miradas.

De estos 18 años, han elegido 15 para el arranque de su Acervo de películas nacionales a Focine Acervos. Tres lustros que representan la historia de un festival, pero también de una mirada pública que ha aprendido a encontrar la intriga, la sorpresa, la reflexión o la poesía en las historias reales que registran las cámaras.

El Acervo de DocsMX, con el registro de más de 3,000 documentales mexicanos, consolida ese ejercicio colectivo de resguardar los patrimonios audiovisuales de nuestro país. Y ya puede consultarse en la página Docs-en Línea

Marco Antonio González, encargado de este acervo, e Inti Cordera, director ejecutivo de Docs MX, nos platicaron de este ejercicio de digitalización, catalogación y preservación que llevan a cabo.

 

Marco Antonio González: quince años de hacer Tetris con un festival

 

 ¿Cómo te convertiste en el custodio de los acervos de DocsMx? 

Ingresé al festival como coordinador técnico. Mi tarea era asegurar que las sedes de la Ciudad de México tuvieran lo necesario para proyectar películas. Instalamos una carpa que ha estado en el Parque México durante 18 años. Yo la instalaba y hasta el día de hoy es ampliamente reconocida. 

Hacia la edición de 2007 o 2008, comenzamos a recibir un número considerable de películas. Llegaban en formato DVD y era necesario almacenarlas y catalogarlas. Organicé este proceso e hice una base de datos. Desde entonces hemos acumulado más de 18,000 documentales, tanto nacionales como internacionales.

 

En muchas ocasiones, quienes cuidan estos materiales no son necesariamente especialistas, sino que adquieren experiencia con el tiempo. Quería saber si es tu caso.

En la práctica aprendes cómo conservar el material. Al inicio creamos una base de datos, pensé en algo sencillo, una hoja de Excel y organizar por números, es lo primero que se te ocurre. Después me di cuenta de que había que encontrar una forma más efectiva, sobre todo los primeros años, de 2006 al 2014, que manejábamos formatos en DVD. Las maletas en las que llegaban eran como páginas de un libro, tenía que averiguar cómo mantenerlos en buen estado. Con el tiempo, he ido aprendiendo y mejorando en esta tarea.

 

¿Te apoyaste en algún grupo de archivistas cuando te diste cuenta que tu material estaba creciendo?

Gracias a la red de exhibición Doctubre, conocí a una archivista, encargada de una sala de audiovisuales, en Michoacán quien gradualmente me introdujo en la conservación y preservación. Me mostró lo fundamental del cuidado y la preservación de estos materiales, que, si bien no son históricos en este momento, podrían serlo en algún momento. Hay directores que nos han solicitado copias de sus propios documentales, ya que no las tenían. Nos alegra haber conservado y resguardado esas copias, y así hemos podido satisfacer sus peticiones.

También, en varios años hemos realizado retrospectivas de escuelas. Por ejemplo, en 2008 hicimos una del CCC y del CUEC, incluimos películas de 1970 a 1975, que formaron parte de su retrospectiva. Recurrimos a las latas que ellos tenían y realizamos la conversión a formato digital. Fue emocionante mostrar las películas de estas escuelas.

 

¿Qué habilidades se necesitan para mantenerlo en orden todo esto?

Más que habilidades, se requiere disciplina. Recibes y organizas como si se tratara de un juego de Tetris. Cada año tiene su lugar y sus archivos en la computadora; cada película ocupa su espacio y se mantiene ordenada. Cada año se suma al legado, y así continúa creciendo.

 

¿Recuerdas cuál es la primera película del acervo?

Trópico de Cáncer, de Eugenio Polgovsky. Fue la película uno de la edición de 2006, nuestra primera edición. 

 

También deben ser importante los documentales relacionados con experiencias como Reto DocsDF o DocsMx. Aunque tengan el carácter efímero del rally, deben crear una colección valiosa. 

En los Retos hemos tenido la suerte de descubrir a directores jóvenes que han realizado excelentes trabajos. En 2009, por ejemplo, uno de los cortometrajes, Sólo pase la persona que se va a retratar, de Roque Azcuaga, ganó un Ariel, fue una grata sorpresa para nosotros. En el Reto que se realizó en Zacatecas en 2007, el corto Perifoneando con Rufis Taylor de David Gerstein fue selecciónado en un festival de Cracovia, Polonia. Esas sorpresas nos mantienen motivados.

Contamos con más de 300 cortometrajes realizados por jóvenes que, tal vez no contaron con el equipo necesario para grabar, pero tienen creatividad y pasión. 

 

Según entiendo, un preámbulo para crear este acervo es la Videoteca que tenían en República de Cuba

En 2011 teníamos 5,000 documentales nacionales e internacionales. Establecimos nuestras oficinas en República de Cuba 43, y tuvimos el espacio para crear una videoteca pública, que funcionó durante diez años, hasta que la pandemia afectó nuestras actividades. 

Durante ese tiempo, la gente entraba y elegía la película que deseaba ver. Contábamos con siete ediciones de catálogos; los visitantes podían consultarlos para seleccionar su película favorita. Les proporcionábamos audífonos, lo que permitía que disfrutaran de su película sin molestias. Había dos pantallas: una pequeña para proyecciones regulares y otra grande para retrospectivas o eventos especiales. La videoteca desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de nuestros acervos. 

 

¿Cómo participó Focine Acervos con ustedes?

Nos centramos en el acervo documental mexicano y coproducciones mexicanas. Teníamos alrededor de 3,000 producciones, o incluso más, que presentamos a Focine.

Además de la digitalización, creamos la plataforma “Acervos”, que estará disponible en Docs en Línea. En esta plataforma está cargada la ficha técnica de todas las películas mexicanas, desde la primera que mencioné, hasta la última de 2020: quince años de festival, desde 2006 hasta 2020. En una segunda etapa, estamos gestionando los permisos para que se puedan ofrecer los trabajos de forma gratuita en la plataforma. Queremos que tanto el público, como aquellos interesados en investigar sobre un tema en particular, puedan beneficiarse del acervo.

 

Entiendo que Docs en Línea fue antecedente para este Acervo. ¿Cómo influyó esa experiencia en esta conceptualización?

La pandemia nos empujó hacia esta experiencia de streaming. Aunque obtener los permisos de los documentales ha sido un desafío, esta experiencia nos ha permitido ver cómo la gente muestra un interés genuino por conocer más sobre el cine de no ficción. Eso nos llevó a considerar la idea de alojar los Acervos ahí, ya que, a pesar de ser el mismo cine y contar con los mismos directores, aquí incorporamos un poco de la historia del festival. 

 

¿Cómo fue la experiencia de trabajar en este proyecto? 

Fue muy gratificante regresar a las películas documentales mexicanas desde el principio. Recordar aquellos documentales que vi por primera vez hace 18 años y que ahora se han convertido en referentes sólidos. Digitalizarlas ha sido una experiencia llena de nostalgia y satisfacción. Estamos emocionados por la posibilidad de compartir este acervo con el público. Creemos que será una herramienta de gran importancia para mucha gente.

 

¿Qué visión tienen para el Acervo hacia el futuro ? 

Continuaremos registrando los años que nos falten. Planeamos ir cargando cada año; estoy seguro de que superaremos las 5,000 películas. Será una experiencia gratificante.

 

Inti Cordera: conservar el gran álbum de fotografías

 

¿Cómo empezó a juntarse esta colección de películas?

Desde la primera edición de DocsDF en 2006 nos dimos cuenta de que no solo estábamos convocando a un encuentro en torno al cine documental, también éramos responsables del cuidado de los materiales que recibíamos. Pensamos en la importancia de catalogarlos, mantener un orden y llevar un registro anual de nacionalidades, formatos y temáticas. De forma orgánica se fue conformando el acervo de 18 ediciones del festival, que cuenta con casi veinte mil títulos. 

Con la convocatoria de FOCINE Acervos, aunque no habíamos digitalizado todos los materiales, ya habíamos iniciado un proceso de control técnico para cada edición. Este proceso fue tarea de Marco Antonio González, quien ha estado a cargo de este material desde la primera edición. Guardamos copias en DVD o Blu-ray en soporte físico; además, hemos empezado a utilizar discos duros y soportes virtuales para almacenar estos materiales. Son uno de los grandes tesoros de nuestra organización y del festival. 

 

¿Cuál era la novedad que ocurrió hace dos semanas, después de 18 años de trabajar con estos acervos?

Presentamos una plataforma digital de acceso público y gratuito, de 15 años de documental mexicano. Queríamos que existiera una fuente de información con fichas técnicas y, en su caso, acceso a los contenidos, incluyendo la reproducción de las películas, previa autorización de los titulares de los derechos. 

Aunque esto no esté concebido como una plataforma tipo FilminLatino, sí es una fuente de información que permite a cualquier persona, ya sea como espectador, investigador o cineasta, acercarse a conocer más la historia de nuestro cine.

Estos últimos 15 años, que comprenden de 2006 a 2020, han presenciado un notable crecimiento en la producción documental mexicana, no solo en términos de cantidad, sino también en la diversidad de narrativas que se exploran. 

 

¿Habrá algunos materiales especiales, de carácter inédito, que tengan en este archivo?

Existen películas fundamentales en el desarrollo del género de la no ficción en México, que son cada vez más difíciles de acceder. Películas como La palomilla salvaje de Gustavo Gamu, que no recuerdo si participó en la segunda o tercera edición de DocsDF. Otras como Toro Negro o El charro misterioso, también son esenciales. Son algunos de los tesoros con los que podemos trabajar, desde la investigación o simplemente por pura curiosidad. 

 

Agregaría la colección de los Retos Docs que han hecho en Ciudad de México y otras ciudades...

Por supuesto, Reto Docs es otra de nuestras joyas. Desde la primera edición, este evento ha significado el comienzo de carreras cinematográficas fructíferas. Un ejemplo es El árbol olvidado, producido por Luis Rincón en 2006, en torno al espacio de Nonoalco, evocando el lugar donde se filmó Los olvidados. Este cortometraje se convirtió luego en su primer largometraje. Aquí podemos apreciar el inicio de las trayectorias de cineastas que ahora son parte de nuestra comunidad.

 

¿Qué tan importante es que IMCINE participe en una labor tan específica como la de acervos? 

Es fundamental el trabajo que está realizando IMCINE en cuanto a la preservación y conservación de catálogos, acervos y archivos. Proyectos como el de DocsMX, el archivo de Paul Leduc y otros proyectos desempeñan un papel crucial en esta tarea. Aunque a veces se podría pensar que esta labor recae en instituciones como la Filmoteca de la UNAM o el Acervo de la Cineteca Nacional, es una tarea que implica una corresponsabilidad. Recuerdo siempre la frase de Patricio Guzmán: “Un país sin cine documental es como una familia sin álbum de fotografías”. A partir de ahí, podemos entender que la conservación de este “álbum de fotografías”, que es nuestro cine documental, es responsabilidad de todos, instituciones, organizaciones y personas dedicadas a ello. 

Es importante reunir estas experiencias y fortalecerlas para el futuro, con el fin de conocer y preservar todos los archivos y acervos disponibles. Esto contribuirá a la creación de una cultura cinematográfica más sólida en nuestro país.