Quien haya visto la anterior película de Laura Baumeister, La hija de todas las rabias, encontrará en sus últimas escenas ecos de las metamorfosis de sus personajes hacia lo animal, obsesión de la directora nica-mexicana. Según parece, en Lo que sigue es mi muerte llevaría el tema al extremo. Pero la película está por hacerse. Y para que sea posible, Laura se acompaña de dos buenos productores de cine independiente y autoral, Sazy Salim de Tarco Estudio y Yair Ponce, de Catatonia Films.
Los tres emprenden el viaje a La Fabrique Cinéma, programa francés de apoyo a coproducciones de países del sur global, que se realiza durante el Festival de Cannes.
¿En qué tipo de animal fílmico quieren convertir la imaginería de Laura? Les preguntamos.
“Es una película de metamorfosis y de migración existencial”, describe Laura Baumeister su proyecto. “Una historia existencial de dos almas que se ven más allá de su forma. Virginia tiene que completar su camino y es transformarse en una mujer nahual. Es una peli transgénero en todo el sentido de la palabra. Tiene tintes de western, de romance, de suspenso y un poco de body horror. Una fantasía onírica que desde el final de La hija me picó fuertemente para tocar estos mundos y rasgar estas realidades”.
Para sacar adelante esta historia, recurre a dos productores de la escena emergente latinoamericana: Cecilia Salim, productora de cine independiente argentino, que desde Murillo Cine ha participado en proyectos como La botera, de Sabrina Blanco; Jesús López, de Maximiliano Schonfeld o Ceniza negra, de Sofía Quirós, y que ahora se lanza a la experiencia mexicana desde Tarco Estudio. Mientras que Yair Ponce, en Catatonia Films, ha estado al lado de las dos películas de Jorge Cuchí: 50 (o dos ballenas se encuentran en la playa) y Un actor malo.
“Laura nos conectó para desarrollar este proyecto”, cuenta Sazy. “Es interesante pensar en las coproducciones como alianzas para juntar sinergias. Es una producción mexicana y también buscamos encontrar un camino internacional del proyecto. Estos elementos han ido encontrando una forma colaborativa”.
Para Yair, el ejercicio de levantar un largometraje inicia desde reconocer en amplitud la idea creativa. “¿Qué quiere contar Laura y hacia dónde quiere llegar? A partir de ese trabajo sigue la parte de capitalizar esos recursos. Nosotros debemos tener las destrezas para conseguir financiamiento, siempre y cuando sea congruente a la historia. En uno de los primeros acercamientos que tuve con Laura decidimos que ninguno estará por encima del otro, que más bien le vamos a dar respuestas a la historia. Y a partir de eso, y ya también con Sazy en el barco, tratar de llevarlo”.
“A mí me emociona un montón lo que Laura quiere contar”, agrega Sazy: “una historia de migración, que tiene que ver con mi experiencia personal. Esos puntos de contacto, más allá de pensar el cine en términos de negocio, agrega el lado personal. En la medida que un elemento personal me atraviesa, me siento con más capacidad de acompañar esa historia”.
Lo que sigue es mi muerte es una producción que involucra las destrezas de tres países, y parece una respuesta orgánica a los significados de la misma historia. “Creo que es coherente con la naturaleza del proyecto”, dice Laura Baumeister. “Es una historia transgénero en tanto mezclamos género y nos montamos sobre la realidad de la migración. Habla sobre la transformación profunda y el cambio de piel y creo que migrar es eso. Me parece coherente que que esta película venga acompañada de estas sensibilidades y miradas diversas. A mí me gustan los ecosistemas nutridos, no los monocultivos: todo tipo de vegetación, de flora y fauna”.
¿Hay un modo de prepararse para participar de un programa de alianzas y coproducciones como es La Fabrique Cinéma? “En este programa súper piensan mucho con quién deberías reunirte, en función del perfil del proyecto”, nos explicó Salim. “Lo que buscamos son efectos especiales; la película demanda una complejidad y un conocimiento técnico y artístico que vale la pena explorar afuera. Las alianzas de coproducción internacional nos permitirán sumar socios con esta experiencia. Buscamos aliados que nos permitan producir en una calidad técnica superior, que los elementos fantásticos destaquen”.
Para el productor mexicano, el ideal es regresar de La Fabrique Cinéma con socios y productores, que después les permitan consolidar el financiamiento de la película en México. “que logremos consolidar y capitalizar las herramientas para ir a rodaje tranquilos y contar la historia”.
El plan de ruta es filmar hacia marzo y abril de 2026, y estrenar Lo que sigue es mi muerte en 2027.