‘Tan cerca de las nubes’ de Manuel Cañibe: las futbolistas que olvidó el estadio

La Selección Mexicana Femenil que ganó los Juegos Panamericanos en Santiago de Chile, la leyenda deportiva que ya es Charlyn Corral, la vibrante Liga MX femenil (una de las ocho más competitivas del mundo) y sus presencias ineludibes como Katty Martínez, Alicia Cervantes, Desiree Monsiváis o Blanca Félix, no podrían entenderse sin la épica de un puñado de mujeres adolescentes que entre 1970 y 1971 se constituyeron como la primera selección femenil de futbol en México.

En agosto de 1971, 110,000 espectadores vibraron con ellas, en la disputa de la final del Segundo Campeonato Mundial de Futbol Femenil. Y esta leyenda colectiva, ahora casi olvidada, es la que recupera Manuel Cañibe en el documental Tan cerca de las nubes

Tan cerca de las nubes parte de la crónica deportiva y el apunte insólito de este grupo de mujeres, que en los años setenta formaron una primera selección de futbol en el país, y desde ahí propone una épica que cruza el género y las clases sociales, un grupo de mujeres que desafían un sistema lerdo y machista, y que desde su cruzada abrieron los espacios para las mujeres que corren por una cancha de futbol el día de hoy.

Tan cerca de las nubes tuvo su estreno en la edición 21 del Festival Internacional de Cine de Morelia. Desde el 15 de noviembre puede verse en la plataforma VIX Premium. Manuel Cañibe platicó con nosotros sobre este documental, tan nostálgico como vibrante. 

 

¿Cómo llegaste a esta noticia? Y después, ¿cómo decidiste hacer un documental con esta historia?

Desde niño tengo referencias de aquella historia. Se contaba como algo que pertenecía a otra época: una selección femenil mexicana que jugó la final de un Mundial en el Estadio Azteca. Se me quedaron grabados los apodos de muchas jugadoras, como “La Peque” Rubio. Después hubo un jugador del Cruz Azul al que le decían “El Peque”, pero por su hermana. También recuerdo a Alicia Vargas, “La Pelé”, y “La Borjita” Zaragoza. 

Hace seis años estábamos creando una exposición para un museo sobre el fútbol mexicano, y surgió el deseo de representar el fútbol femenil, sabiendo que casi no había referencias, ni siquiera existía la liga que está jugando ahora, o apenas empezaba. Entonces nos vino a la memoria la selección del 71 y se nos ocurrió buscarlas. 

Activamos nuestro contactos con la gente del periodismo deportivo. Alguien tenía el contacto de Alicia Vargas. El esfuerzo que empleamos para dar con ella muestra lo inaccesible que parecía esta historia. Entonces entendimos que había una misión, que venía de la mano con lo que estábamos haciendo. No sólo estábamos creando un proyecto de museo, venía acompañado de otro proyecto. 

 

¿Cómo fue juntar de nuevo a esta selección?

La labor más compleja fue dar con la primera, Alicia. Sirvió para irnos conociendo, para que ellas fueran sabiendo quién era yo. Sus primeras dudas tenían que ver con la exposición museográfica. Les pedía que me prestaran cosas y al principio no querían, después terminaron obsequiándonos mucho más que objetos personales. El proceso de acercamiento se fue dando desde el principio. 

Entre ellas todavía existía mucha comunicación, a pesar de los años transcurridos. Algunas siempre estuvieron unidas como equipo, al grado de que celebraban sus aniversarios relacionados con el día en que se jugó el primer partido del Mundial del 71, el 15 de agosto. La verdad es que también fue gradual la manera de plantear el proyecto del documental. Comencé con la primera persona en la que tenía más confianza en aquel entonces y hasta la fecha, que es Alicia. 

Un día las cité junto con Irma Chávez, aún en el contexto de la exposición en el Museo MODO, en la colonia Roma. Ellas no sabían que yo me dedicaba al documental. Les mostré algunas cosas que había hecho. Hasta entonces no se habían hecho muchas producciones sobre ellas, sólo algunas cosas pequeñas para la prensa. Proponerles hacer una película fue algo inesperado. Puede haber habido cierta confusión en ellas; que confundan los géneros: el documental no es igual a una ficción. Y durante todo el proceso hubo ciertas imprecisiones que hemos ido aclarando.

Las primeras filmaciones fueron antes de marzo de 2020. Las realizamos en las canchas del deportivo Hermanos Galeana, en Aragón. Ahí entrenaron antes de ir al Mundial de Italia. Las canchas se encontraban en condiciones parecidas a las que estaban entonces: de tierra, en condiciones exigentes para el futbol. Fue un espacio metafórico inigualable y ellas, gustosas, asistieron a los llamados. Hicimos las recreaciones que les pedía, formaciones tipo Copa del Mundo, un poco de ficción con tareas escénicas para ellas. 

En cierto momento me decían que les había gustado la experiencia de trabajar en la cancha de tierra, pero preguntaban por qué no trabajábamos en lugares más bonitos. Una de ellas, que vivía por Santa María la Ribera, sugería ser retratadas en el Kiosco Morisco. Pero les hacía entender que estaba tratando de crear una pieza con una visión autoral, una manera personal de reflejar su historia. Hasta el estreno en Morelia ellas no habían visto nada, fue cuando recibieron de golpe el resultado de este proceso de trabajo.

 

¿Cómo te planteas, como director de documental, darle forma a esta historia?

La historia tenía un desarrollo y un arco dramático definidos. El fútbol es el eje temático para desarrollar la vida de estas mujeres que se dedicaron a esta actividad, y que encontraron en ella una forma de trascender. Ahí comienzo una investigación exhaustiva, y a reflexionar sobre cómo presentar la historia, cuál es su nervio. Empiezo en el territorio de la intuición, qué elementos se deben conjugar para que se pueda dar esta narración. Se suman muchos factores, ya que también empieza la labor con el resto del equipo. Por ejemplo, con mi hermano, con quien surgió la historia, en el seno de ese proyecto museístico que desarrollamos . A partir de ahí debatimos muchas ideas relacionadas con la narración. En esto hay una suerte de energía que no logras distinguir de dónde proviene, cuando ya estás bien empapado en los temas, las conexiones empiezan a surgir espontáneamente; los accidentes, como nosotros los llamamos.

El documental tiene una parte apasionante para la continua autoeducación dentro del cine. Es un desafío resolver cada documental. Es difícil aplicar la misma metodología de manera rígida y obtener los mismos resultados. Por este lado, pienso que te guías con la intuición. Sin embargo, en el trayecto hay tantas variables que muchas veces uno ni siquiera sabe a dónde va a llegar.

 

Me hablaste del nervio de la película. El futbol es el vehículo de la historia, ¿cuál es ese nervio?

El nervio real de la película es el retrato de estas personas que enfrentan el sistema de la manera en que ellas lo hicieron, a contracorriente, haciendo algo extraordinario para alcanzar ese triunfo. A partir de ahí surgen todos los elementos relacionados con la época, el aspecto social y de género, que tienen que ver con el hecho de que fueron mujeres que abordaron una actividad simbólica para representar a la sociedad misma, que es el futbol.

Es lo que sigue fascinándome de su historia: unas jóvenes con ese deseo de jugar, de practicar una actividad que les pareció atractiva y apasionante. Todas confluyeron en un instante y en una labor donde les tocó enfrentarse a las propias estructuras e intentaron romperlas. 

Me pareció interesante la participación de la jugadora italiana Elena Schiavo, las escenas que haces en Italia crean un contrapunto importante con la historia que cuentas. Ya no es sólo una historia local, sino que sitúas lo que significa ser parte de una selección nacional femenina en un contexto global. ¿Cómo fue el proceso para encontrar a Elena y hacerla parte de la historia?

A Elena se le considera la primera futbolista profesional en el mundo. Pero si le preguntas cuánto le pagaban, te empieza a contar que en realidad le daban ayudas para vivir. Termina siendo algo que la sitúa en una especie de semiprofesionalismo.

Fue un proceso largo dar con ella. En el proceso, surgió un contacto con un historiador italiano que se especializa en el futbol femenino italiano. Le expresé mi deseo de retratar a Elena, y él me hizo esa antesala importante. Fui insistente porque para mí era fundamental lo que ella representaba como jugadora en esa época. También era importante reflexionar sobre su condición actual, tomando en cuenta que se trataba de la gran figura del fútbol europeo de aquella época. Además, ella era parte de la historia porque aparecía en todos los recuerdos de las futbolistas mexicanas, siempre la mencionaban. Era su gran antagonista.

Fue una experiencia inolvidable, logramos esta misma intimidad que tuvimos con las mexicanas, y esto sigue siendo uno de los grandes hitos en la elaboración de Tan cerca de las nubes.

 

Tan cerca de las nubes. Dir. Manuel Cañibe

 

De hecho, uno de los momentos más gozosos es cuando haces la crónica del partido México-Italia, sobre todo ese segundo tiempo infernal. La manera en que agregas, no sé si con un tono socarrón, esos momentos de ópera, le dan una fuerza interesante. 

La crónica de aquel partido ocupó páginas enteras en los diarios. La historia tuvo un desenlace épico. Fue un encuentro lleno de dramatismo, que se desplegó en varios planos. Las italianas y las mexicanas terminaron dando un espectáculo, más que un evento deportivo. Esto era crucial, ahí la gente comprendió que no era algo ficticio, sino que se vivía con una tremenda intensidad. Como la película está impregnada de la cultura italiana, la música italiana y la visión de Italia como un lugar de viaje iniciático, la ópera surgió como un elemento narrativo natural para ese momento. Afortunadamente, no hubo consecuencias graves después de que las italianas, como me contó Elena, hicieran algunas cosas más en los vestidores, que finalmente quedaron fuera del relato. Al regresar a Italia enfrentaron el escarnio y la condena pública por lo que habían hecho en México.

 

¿Cuál fue la reacción de las jugadoras cuando vieron el documental en Morelia? 

Ellas no habían visto nada, no sabíamos cómo iban a reaccionar. Esta situación siempre genera cierta incertidumbre para el realizador. A pesar del gran amor por los personajes y la historia, al trabajar con material de la vida real hay cosas que no sabes bien cómo lo van a tomar. 

La manera como ellas lo recibieron siempre lo llevaré marcado en mi mente. Cuando terminó la proyección, algunas acudieron a abrazarme con lágrimas en los ojos. No era para menos. La película, al final de cuentas, va desarrollando su discurso de manera que puede llegar a emocionar o conmover a quienes no conocen la historia, y esto es aún más significativo para las protagonistas. 

 

Estamos viviendo un momento distinto en el futbol femenino. Existe una liga incipiente que ya está en funcionamiento, con figuras, jornadas y seguidores. Han cambiado las circunstancias. ¿Estas nuevas futbolistas han tenido noticia de tu película?

Considero crucial que esta película llegue a las chicas que juegan fútbol profesionalmente en la actualidad. No sólo desconocen esta historia, también podrían encontrar en la película una forma de comprender su propia actualidad. 

Te cuento una anécdota que ilustra el punto. En años recientes ha habido intentos de rendirle homenaje a estas futbolistas. En una ocasión las llevaron a un partido en el Estadio Azteca y las introdujeron en los vestidores de las jugadoras. Sin embargo, en ese momento las jugadoras estaban más concentradas en su juego de ese día y aunque intentaron compartirles que ellas fueron las primeras en representar a la selección femenina de fútbol mexicana, apenas les hicieron caso. Esto plantea la pregunta de cómo se generan estas ideas de reunir generaciones y qué se espera de ellas. Este tipo de testimonios puede ser una manera de generar emociones y comunicar a las jugadoras actuales la importancia de la historia de estas mujeres de hace 50 años. 

Tal vez estas jugadoras puedan entender que, si el fútbol es importante para ellas hoy en día, parte de esa importancia se debe a las mujeres que pavimentaron el camino hace décadas. Es una deuda de reconocimiento que aún está pendiente en la historia de estas mujeres y su valiosa contribución.

Tan cerca de las nubes (México, 2023). Guión y dirección: Manuel Cañibe. Producción: Hugo Espinosa, Manuel Cañibe, José Nacif, Laura Berrón, Christian Cañibe, Carlos López Osorio. Compañías productoras: Éramos Tantos Estudio Visual, Ruta 66 Cine, Filmadora N+ Docs/ VIX. Fotografía: Jessica Villamil. Edición: Ana García, Joaquín Celaá. Música: Camilla Uboldi. Diseño sonoro: Pablo Fernández Murguía. Sonido directo: Adrià Campmany Buisán. Reparto: Silvia Zaragoza, Irma Chávez, Sandra Tapia, Yolanda Ramírez, Elvira Aracén, Patricia Hernández, María de la Luz Hernández, Lourdes de la Rosa, Manelich Quintero, Martha Coronado, Alicia Vargas, Elena Schiavo y María Eugenia Rubio.