Las películas apoyadas por el Estímulo a la Creación Audiovisual en México y Centroamérica para Comunidades Indígenas y Afrodescendientes, el ECAMC visitan en octubre el 22° Festival Internacional de Cine de Morelia con historias múltiples y poderosas. El cine de las comunidades originarias renueva su actualidad, desde historias que pueblan espacios, miradas, fortalezas de los más diversos pueblos de México.
Después de una emotiva presentación que se dio con la Muestra de Cine de los Pueblos Originarios y Afrodescendientes, que inició en el Zócalo de la Ciudad de México los días 6 u 7 de julio y de ahí se extendió a la Cineteca Nacional de las Artes, salas de la República Mexicana y televisoras públicas, ahora el movimiento del ECAMC llega a Morelia un nuevo grupo de películas que han participado en el ECAMC, y que participan en varias de las principales secciones del festival.
Las películas del ECAMC transitan por la comedia, la resiliencia, denuncias urgentes, ejercicios de libertad y música y baile de sus plazas centrales. Dos cortometrajes, uno documental y el otro de ficción, dos largometrajes de ficción y otros dos documentales, cinco producciones dirigidas por mujeres y el restante por un hombre, componen este nuevo momento del ECAMC en la capital de Michoacán.
¿De qué van las historias de los pueblos originarios que nos sorprenderán en la gran pantalla?
En los Altos de Chiapas, una joven tsotsil será madre por primera vez. Las mujeres que la precedieron le ayudan a transitar por esta experiencia. Magia, saberes, miedo, esperanza, pueblan sus desafíos de la maternidad.
Alejandra vive asediada por su novio Marcos, quien la acosa con esta ambigua mezcla de cariño y violencia. Harta del merodeo de Marcos, con el presentimiento de que su vida corre peligro, toma decisiones que atañen a su vida y a la de su perro.
Tres mujeres: Juana, Margarita y Faustina, han vivido la violencia patriarcal. Dejaron de estudiar, perdieron a sus hijos, han sido despojadas de sus territorios. Han vivido en un estado de prostración. Pero la siembra del café les da una nueva oportunidad.
En un ejercicio épico de testimonio oral, con poderosas imágenes de los territorios otomí, Juliana Martínez cuenta su vida: ausencias, pobreza, violencia, pero también una gran muestra de fortaleza, que le permite sacar adelante a su familia. Ahora debe encontrarse consigo misma.
Al pueblo serrano de San Pablo Begu´ llega una caravana de camiones, excavadoras y equipo de construcción. Pretenden hacer una carretera que cruce el pueblo. La comunidad no está muy segura del proyecto. Chicharras es un ejercicio coral realizado por la comunidad de Guelatao.
En el pueblo de La Raya están a punto de hacer la fiesta del medio siglo de su fundación. Los recursos llegan con las remeses de los rayenses que viven en Estados Unidos. Sotera es una de las hijas de estos migrantes. Y cuando ella cumple años, en La Raya aparece un refrigerador.
Además de estas películas, en el 22° Festival Internacional de Cine de la Cineteca se presentará el II Laboratorio de Desarrollo de Proyectos Cinematográficos para Cineastas Indígenas y Afrodescendientes de América Latina, que contará con la presencia de seis cineastas apoyados por el ECAMC: Dante Cerano (p’urhépecha), Leyzer Chiquin (maya poqomchi’, Guatemala), Joan Emily Ruiz Icedo (yoeme yaqui), Humberto Gomez Pérez (maya tsotsil), Balam Benjamin Nieto Toscano (afromexicano) y Medhin Tewolde Serrano (afromexicana).
La ola del ECAMC sigue teniendo gran presencia en la fiesta más importante del cine mexicano. El Festival Internacional de Cine de Morelia inicia el 18 de octubre. Estamos listos para las historias.