Mostro, de José Pablo Escamilla: sueños y pesadillas en el conurbado de Toluca

Dos jóvenes, chico y chica, se cuentan sus sueños. Interrumpen sus jornadas laborales para entrar en otra dimensión, simbólica y sugerente. En un lote baldío, con paredes derruidas y maleza seca, tienen un refugio plateado, en el que inhalan solventes y se cuentan historias de ciencia ficción. Pero entonces ocurre que ella desaparece. Él intenta buscarla pero solamente se enfrenta con la violencia y la opresión. Ella le dice de cariño Mostro. Los mostros son los que sofocan y devastan un paraíso precario.

Mostro es la ópera prima de José Pablo Escamilla, y también es la primera experiencia de Colectivo Colmena en largometraje. Un ejercicio visual inmersivo que recrea espacios y atmósferas de los corredores industriales cercanos a Toluca. Y el doloroso tema de las desapariciones reformula la candidez del coming of age. Los sueños devienen pesadillas cuando sólo tienes una antena, una amiga y la amenaza constante de la violencia.

Mostro estrena en salas mexicanas el 18 de abril. José Pablo Escamilla nos platica sobre esta experiencia fílmica, que también es un ejercicio de símbolos, sueños y una búsqueda espiritual. 

¿Cómo inició el proyecto de Mostro?

Empezó como una hoja de ideas sueltas. Me basé en el poema The concret river de Luis J. Rodríguez, un poeta chicano, que habla de un par de chicos que están en un río de concreto de Los Angeles, en una casita improvisada, en la que inhalan cemento y tienen la experiencia de conectar con un ente superior.

Yo soy de Toluca, el ambiente industrial es similar. Esto iba a ser un corto pero comenzamos a agregar ideas y creció el proyecto. Iniciamos en 2018. Evaluamos los recursos disponibles y los lugares donde podríamos grabar sin pedir permiso. Al final fue parecido a cuando los músicos crean un demo y después llegan a una versión más pulida. La idea final surgió desde la colectividad; valoramos los recursos y los factores del material que encajaban o se mostraban forzados.

 

Mostro semeja este concepto del cajón de sastre, en el que presentas varios géneros y recursos narrativos. Aquí existe el coming of age, la ciencia ficción, la psicodelia, el comentario social, obviamente el thriller… 

Es una idea valderomariana del éxtasis y la elevación, que mediante un juego se convierte en algo sagrado. A mí me interesaba contar la historia de una persona que se estresa por los impulsos negativos de su entorno, eso se traduce en las visiones que tiene, que se van deformando hasta que lo único que puede imaginar son monstruos. Esta evolución psicológica no se logra por medio del guion, sino que se hace mediante la abstracción y la experiencia audiovisual, que al final, espero, termina generando una elevación espiritual.

 

También lo encuentro en el uso de tus recursos visuales. Hay uno muy notorio: cómo se va cerrando el cuadro según progresa la historia, pero los colores, al principio son soleados y coloridos. Después, cuando uno de tus personajes desaparece, todo se va tornando oscuro. Casi representa dos tiempos distintos de la película.

Hay dos tratamientos cinematográficos, son como muy distintos y claros. Al comienzo hay una especie de enamoramiento, que de alguna manera te guía. La Cámara está en ese tenor. Y llega un momento donde esa armonía se rompe y esa calma se convierte en violencia. Recuerdo que la primera palabra que alguien me dijo cuando la mostramos públicamente, fue que es una película muy agresiva. Y pues es que el tema es agresivo y así lo demandaba. 

También queríamos hacer una película física, en el sentido de que tú, como espectador, recibieras los impulsos de la historia, como si te estuvieran sucediendo a ti. Me gusta ver las reacciones de la sala, gente que se incomoda mucho, porque es un tema muy incómodo. Esa incomodidad se traduce en una cosa física, de que están ahí moviéndose. Y es muy interesante ver cómo reaccionan distintos públicos a la misma película. 

 

Salvador de la Garza y Alexandra Cueto son actores no profesionales que se complementan con Francisco Barreiro ¿Cómo fue trabajar con ellos?

A Paquito lo conocemos desde hace mucho, me parece que en el extinto Festival del Desierto, y siempre he admirado su trabajo; lo buscamos y fuimos honestos en decirle que no había dinero, pero le gustó el proyecto y se integró. A Salvador lo conocimos en el corto Libélula y desde el casting notamos que tenía cualidades actorales únicas, representa muy bien el sentimiento de los personajes que se sumergen en esa negatividad.

A Alexandra la conocimos por unos amigos. La primera escena que grabó en toda su vida fue donde ellos suben el puente. Fue muy generosa durante el ensayo, porque repetimos constantemente la toma y ella se comportó bien, se acercó al papel de tal modo que no dejó de ser ella misma. 

Aquí entra en juego algo que hago como director, y es platicar con ellos para generar confianza y amistad, que me permita obtener datos que después uso en el rodaje; eso le da naturalidad a la trama.

 

Mostro, Dir. José Pablo Escamilla

 

Tanto Lumbrensueño y Mostro tratan de parejas que se tienen afecto, y ambas desarrollan una imaginación que proyectan luz en medio de un mundo hostil ¿Cómo se da esa semejanza entre los personajes y las historias?

Creo que es algo personal: yo tengo cuatro hermanos y siempre ha estado presente en mi vida la idea de saber que no siempre se puede sobresalir solo: tal es el caso del cine, en el que solo no llegas a ningún lado. Cuando he reflexionado sobre la cercanía con otra persona, te das cuenta de que es una posibilidad de crecer. Personalmente he encontrado en mis amistades la posibilidad de darle la vuelta al sistema y salirnos con la nuestra.

Con mis amigos de Colmena hacemos cosas juntos y son fascinantes. Me abandono en el otro, aunque a veces no sea sano, y son formas de intercambio que están presentes en Mostro y Lumbrensueño, incluso cuando alguien se va o ya no puede estar. En mi juventud viví el luto de dos amigos que partieron por motivos complicados, así que exploro esa experiencia de vacío, en la que te cae el veinte de que alguien ya no está, 

 

Mostro es el primer largometraje de Colectivo Colmena ¿Cómo fue el reto de emprender esta ópera prima?

Tenemos diez años de estar reunidos, son diez años en los que hemos aprendido a sobrevivir haciendo algunas chambitas o distribuyendo cortos, y experiencia nos ha enseñado que lo podemos hacer, porque tenemos las ganas de filmar. Con dinero o sin dinero nos reunimos y lo hacemos. Cuando les presenté la idea al grupo comenté que era para hacer un corto y después coincidimos que se podría hacer un largometraje. Fue parte también de presentar una propuesta hacía una situación que me parece nos estremece a todos y creemos que es importante poner el dedo en el renglón sobre el tema de la desaparición forzada y la violencia en general.

 

Mostro ha estado en un par de festivales y se puede pensar que en festivales los públicos son especializados. Ahora en un estreno comercial se trata de públicos más grandes y diversos ¿Qué expectativas hay sobre proyectar Mostro en este grupo más amplio?

Al público hay que respetarlo, y la mejor forma de hacerlo es crear la película que tú crees que es necesaria. Ya estuvimos en festivales, y cuando no ha habido un público especializado hemos tenido la dicha de formar diálogo a partir de lo que presentamos. Como toda película, es un filme que no es para todos. Esta historia confronta, incomoda y provoca múltiples reacciones, que pretenden una reflexión sobre el tema.

El tiempo y la gente decidirá sobre la trascendencia de la misma, he leído opiniones y sé que no debo mantener expectativas ante cada proyección sino estar atento al diálogo que despierta en cada público porque eso es lo que de verdad interesa.

Mostro (México, 2021). Compañía productora: Colectivo Colmena. Dirección y guion: José Pablo Escamilla. Producción: Diandra Arriaga, José Pablo Escamilla. Producción ejecutiva: Manuel Escamilla, María D González Aragón, Daniel Loustaunau, Mauricio Miguel Calderón Rico, Francisco Borrajo. Fotografía: Manuel Escudero. Edición: Francisco Borrajo. Sonido: Daniel Loustaunau. Música: Isaac Soto | Lucerna Records. Postproducción y VFX: Javier Velázquez, Danilo Guardado, Natalio Ruiz. Elenco: Salvador de la Garza, Alexandra Victal, Francisco Barreiro.