'Vaychiletik' de Juan Javier Pérez: filmar la música y los sueños

A José Pérez le hablan los dioses en sueños. Le recuerdan su misión como músico, lo alientan a levantarse en las madrugada, a tomar su flauta y lanzarse a recorrer las regiones de ZInacantán. Debe llevar la alegría y el baile a las comunidades. Aunque José a veces desfallece, los sueños lo ayudan a ponerse en pie.

 

Su hijo, Juan Javier Pérez, toma la historia de su padre para crear un hermoso documental. Vaychiletik (Sueños) su ópera prima, es un homenaje a la figura paterna y un registro íntimo de las fiestas y los rituales de la comunidad tsotsil.

 

Este documental, que ha pasado con éxito por el Festival de Biarritz, ahora se presenta en la sección Pulsos de Ambulante 2022. Platicamos con Juan Javier sobre esta aventura musical y fílmica, que también habla del gran momento que vive el cine de las comunidades en México.  

 

Hasta los créditos de Vaychiletik supe que tu personaje principal, José Pérez, es tu padre, y que la mujer que lo acompaña es tu madre. Entonces me llegó la pregunta, ¿qué les pareció que llegaras con tu cámara y les dijeras que querías hacer una película sobre ellos?

Ha sido un proceso largo. No llegué a decirles: “Ah, les quiero hacer una película”, antes me inscribí a unos talleres de cine. Estudié un diplomado de cine documental aquí, en San Cristobal de las Casas. Daniela [Contreras] y su pareja Nicolás (Défossé] fundaron una escuela, yo entro en 2016, duraba dos años. Antes, en 2012, tomé mi primer taller de cine documental con el CCC, se llamaba El CCC con Patas. Tenía esta idea de hacer un documental sobre la música tradicional en Zinacantán, tenía claro que mi personaje principal iba a ser mi papá y que iba a hablar sobre los sueños, pero todavía no estaba bien estructurada.

Con las prácticas que del diplomado llevaba la cámara a mi casa y llevaba la cámara. Mi papá siempre está tocando, yo aprovechaba para tomar fotos y a grabar videitos. Él se acostumbró a verme con la cámara. Después de un año, me preguntó: “¿Para qué me estás grabando tanto? Ya grabaste un montón, ya con eso arma algo”. Le contesté: “Queremos hacer un documental, una película”. Y respondió: “Ah bueno, está bien. Pero si lo vas a hacer, no lo muestres en el pueblo”.

En las comunidades hay cierta creencia de que no se deben mostrar nuestras actividades. Mi papá también decía eso. Me decía: “Si lo vas a mostrar fuera no hay problema, pero aquí se van a burlar si yo aparezco, no quiero”. En ese momento no le di importancia, lo importante era que se dejara grabar.

 

Vaychiletik, Juan Javier Pérez

En 2018 Daniela y Nicolás se dieron cuenta de que el proyecto iba en serio y que yo también estaba bien prendido, y pues hicimos equipo; ellos produjeron la película, me ayudaron a buscar fondos y en el diplomado hicimos la carpeta de producción.

Aplicamos al Estímulo Gabriel García Márquez, me lo dieron y con eso me motivé un montón. Fue un proceso largo, porque los rodajes eran una o dos veces al mes. Las fiestas se hacen en ciclos, cada año se repite todo. Por ejemplo, la cosecha de flores, la vida de mi familia, yo ya sabía en qué momento grabar. Decidí nada más ir con un fotógrafo y yo, el sonidista, un equipo muy reducido, porque me daba cuenta que cuando llevábamos tres o cuatro personas, pues mis papás se sentían incómodos. Decidí hacerlo así, un fotógrafo y un sonidista, fue algo complejo pero muy bonito.

Ahora que la terminamos, estrenamos en Francia, en el Festival de Biarritz. Mis padres la vieron antes; cuando les dije del estreno, me dicen: “no pues, está bien pero en el pueblo no lo muestres, aquí la gente se va a empezar a reír”. 

Ahorita los ando convenciendo de hacer una proyección en el pueblo, hay una casa de cultura y quizás ahí lo vamos a hacer. Aparte siento que hacer películas en la comunidad es doble reto, porque nos enfrentamos a estos prejuicios de la comunidad, que piensa que no debe de hacerse estas cosas, te critican y empiezan a decir que somos vendedores de la cultura; este cliché que hay en las comunidades.

Apenas empieza el camino de Vaychiletik, no sé qué voy a enfrentar en la comunidad, pero estoy dispuesto a romper estereotipos y me interesa que más jóvenes y mujeres se acerquen al cine.

Uno de mis planes a corto plazo es hacer muestras de cine o llevar películas a la comunidad, para que los chavos, las chicas, vayan acostumbrándose a ver películas y documentales.

Ahora que estamos mostrando nuestras películas tenemos esta responsabilidad, inyectar esta otra mirada, esta cultura del cine en nuestras comunidades.

 

¿De qué se trata el grupo musical de tu padre? Veo que participan en festividades importantes, ¿con qué tanta regularidad salen y participan de las actividades del pueblo?

Mi papá tiene su grupo, son músicos tradicionales. Hay 42 festividades al año que se celebran, como fiestas grandes, , son cada 15 días, siempre hay un ritual, un cambio deflores, un cambio de mayordomo, muchas fiestas; entonces la música tradicional da vida a estas ceremonias.

En los pueblos originarios las fiestas son una mezcla entre lo maya y lo católico, de eso ya van más de 500 años. Las fiestas patronales son las más grandes en Zinacantán, una fiesta puede durar hasta ocho días, es donde los músicos se desvelan. Mi papá desde los 12 años aprendió a tocar la flauta y otros instrumentos, él va  a seguir siendo músico hasta que se muera porque no tienen reemplazos, lo único que tienen es enseñarles a otros jóvenes; los músicos son los que le han dado vida a las fiestas.

 

¿Qué me puedes contar de ese movimiento cinematográfico que está ocurriendo en Chiapas? 

Muchos compañeros y compañeras están empezando a hacer documental, en Chiapas ya se venía haciendo cine indígena. Ahorita hay un boom de nuevos realizadores que ha influido, en muchas personas. La escuela de cine documental donde estuve fuimos personas que en 2012-2013 participamos en Ambulante Más Allá y El CCC con Patas. Pero en la Escuela de cine documental de San Cristobal tomó más fuerza.

Ahorita es la segunda o tercera generación de la escuela y cada vez hay más chavos y chicas que están haciendo cine en sus comunidades, hay una corriente fuerte, estoy colaborando con María Sojob,  con otro compañero que se llama Xun también, una chica que se llama Florencia va a hacer un largometraje y me invitaron a hacer sonido. Se está armando la banda, por ejemplo María Sojob ya está produciendo de manera independiente con su pareja, y dentro de dos, tres años quizás yo esté produciendo con otros compas. Creo que estamos en un buen momento, hay muchas producciones de calidad que se están haciendo en Chiapas, para que nuestras películas puedan entrar en estos festivales grandes como Morelia, ir ocupando estos espacios.

Y todo este cine que se está produciendo, no sólo en Chiapas, sino en todas las regiones de México, creo que le va dar otra voz a nuestro México y contada desde nosotros, desde otra mirada y creo que es una gran labor que hay que hacer, ahí va y poco a poco vamos a ir perfeccionando nuestro cine.

 

¿Cómo te fue en Biarritz? ¿Qué dijeron de tu documental?

Quedé un poco sorprendido, es otro país diferente, otra cultura diferente; por ejemplo, la segunda proyección me tocó a las nueve de la mañana y pensé que no llegaría nadie, pero los franceses estaban haciendo cola para entrar a la sala y tuvimos una respuesta bien bonita del público, la gente se quedaba en el conservatorio, a hablar muchas cosas, cuestionaban y sí hubo mucho interés. Charlamos mucho en del papel de la mujer en las comunidades, hubo un debate largo que también me sirve para reflexionar. Más allá de mostrar tu trabajo, lo bonito es esta reflflexión que puedes tener con lo que te va preguntando la gente.

 

Algo de lo más emotivo de Vaychiletik es esta reflexión que hace tu padre sobre el llamado que le hacen los dioses para que persevere alrededor de la música, me quedaba la pregunta si tu habrás tenido un llamado semejante para que perseveres con la cámara.

Los sueños no se cuentan, pero en algún momento sí lo soñé, que estaba grabando en las fiestas y dije: “ah, pues creo que tengo que hacer algo”. Y quizás no me siento bien chido, pero creo que es el don que tengo en la vida, así como mi padre tiene el don de ser músico. Creo que también tengo esta responsabilidad de hacer cine y contar más historias. De alguna manera sí lo vi en mis sueños, por eso el documental se llama “Sueños”, porque todos en la familia, en la comunidad, estamos soñando siempre, y los sueños se hacen realidad y de ejemplo está la película; estoy muy conmovido y emocionado con todo lo que se ha hecho.


 

Vaychiletik (México, 2021). Dirección: Juan Javier Pérez. Producción: Daniela Contreras, Nicolás Défossé. Guión: Juan Javier Pérez. Fotografía: Ángel López Gómez. Sonido: Carlos Cortés Navarrete, Martín De Torcy, Juan Javier Pérez. Edición: Nicolás Défossé. Compañía Productora: FOPROCINE, Terra Nostra Films.