‘Malibú’ de Víctor Velázquez: la colisión como una de las bellas formas de la estafa

Si tienes un viejo Malibú 1982 podrías hacerlo chocar contra autos de borrachos y despistados, hacerlos parecer culpables y estafarlos con algunos billetes.

 

Si tienes un viejo Malibú 1982 y eres una mujer engañada, acosada, harta de la vida, lo puedes usar para la venganza.

 

Malibú, ópera prima de Víctor Manuel Velázquez, lanza una propuesta poco usada en el cine mexicano: apuesta por la adrenalina, aventuras en cuatro llantas, personajes en clave de manga y una estética pop, en una ciudad donde todo parece ser enemigo.

 

Malibú busca activar la épica urbana con imaginación y calidad.

 

Malibú se presenta en la Sección Largometraje México del GIFF 2021. Platicamos con Víctor Velázquez sobre su ópera prima

 

¿Cómo nace la historia de este estafador que utiliza los accidentes automovilísticos para sacar su feria y su ventaja?

Nació como parte de un proyecto: cuando acababa de salir del CUEC, con un grupo de amigos decidimos becarnos entre nosotros, casi como una tanda para que pudiéramos hacer un proyecto personal cada quién. 

Este fue mi proyecto, yo quería hacer una serie de antihéroes y con este rollo de las novelas gráficas de los noventa nació este personaje. Cuando lo tuve agregué a los demás personajes que tenía alrededor y armé mi primer tratamiento.

 

‘Malibú’. Dir. Víctor Velázquez

 

¿Qué referentes tenías para inventar el universo cinematográfico de Ernesto y Gloria?

Tengo claro que mi influencia más grande es el cine coreano, pensaba mucho en Old Boy o Casas vacías de Kim Ki-duk, estos personajes.
Antes teníamos otro editor que no qué quería, me decía: “hay muchos silencios y por qué, yo le decía “deja que respiren un poquito las escenas” porque así la había filmado, se me hace muy asintomático eso, creo que le cuesta trabajo a la gente entenderlo, quiero construir un personaje y no a través de mucho diálogo, si no más bien de sus acciones chiquitas.

 

¿Cómo llegaron Tiago Correa y Marisol RIvera al proyecto?

Había otros actores hace diez años que empezamos, después ya no jalaban tanto, por desgracia el cine es una cosa de apariencias, tuvimos que cambiar a los protagonistas.
Yo buscaba alguien que me vibrara mucho, la actriz que estaba ligada al proyecto, el papel estaba escrito para ella. Después conocí a Marisol y me dije: “ella es muy como ella”. Tiene mucho el carácter del personaje, es temeraria y aceptó ponerse a entrenar para manejar, y esas cosas que necesitábamos para filmar. 
Luego buscamos alguien que hiciera match con ella, ahí sí comenzamos a castear de manera convencional. Tiago acababa de llegar a México, fue su primer casting aquí, me gustó muchísimo lo que hizo, entendía esta cosita del cine coreano: los silencios, los espacios, no tratar de ponerle demasiado, eso me gustó.

 

 

¿Qué dificultades representó hacer esta película que te estaba exigiendo cierto nivel de coreografías de autos, persecuciones, choques, explosiones?

La logística de la producción es tremenda, ni siquiera lo había dimensionado tanto. Nos echamos cuatro semanas solo filmando coches, es larguísimo grabarlos y volverlos a poner en posición, cada toma nos llevaba media hora porque la ciudad de México es caótica.
Tuvimos que aliarnos y confiar en la gente que escogimos para esto. Luis Edgar Lezama “Chivata” es un hombre famosillo como en el rollo de hacer action cars, tiene mucha experiencia y él me decía eso: “Nosotros usamos nuestra experiencia en comerciales y nunca en las películas, nadie se atreve a hacer un proyecto así”. Estaba muy prendido y nos ayudó muchísimo, diseñamos mucho en conjunto, y pues obviamente no es sólo la gente que lo pueda hacer, tiene que haber una maquinaria gigante que no existe que con nuestro presupuesto no aguantan para eso. Hay que aventarse el boleto.

 

En Malibú dejaste un par de cabos sueltos, que se prestan para una segunda parte…

El gran cabo suelto es que se quede Gloria manejando. Se fue dando poquito a poquito, filmamos dos finales, en el rodaje comencé a notar que el final no iba amarrando tanto y conforme avanzábamos probamos otro final. Al final se quedó el segundo final, hicimos focus group y a la gente le gustó más el otro, mi intuición no estaba tan perdida y quedó así. Eso dispara otras posibilidades que me gustaría perseguir en otro momento.

 

¿Hacia dónde tendría que ir la carrera de un director mexicano como tú, que está apostando por este cine de género?

Yo tengo un problema, no se escribir cosas sencillas, siempre se me ocurren cosas complicadas, sí creo que naturalmente este camino va a seguir, no veo como se pueda cambiar, rápido te cuento de mi próxima película, es  un rollo como de zombies que no son zombies, alguien muerde a una persona en el metro, lo contagia de rabia y se empieza a armar una pelotera gigante de chismes y cosas. Todo ocurre en un microbús que va por los barrios más rudos del Centro, Me doy cuenta que cada uno tiene sus obsesiones y es un camino que no creo que se vaya a detener. Es súper cansado, súper agotador, pero de todas formas sigo haciendo cine así, empujándole mucho como para ver hasta donde se cumple.

Malibú (México, 2020). Director: Víctor Velázquez. Producción: Ernesto Martínez Arevalo. Guión: Víctor Velázquez. Reparto: Marisol RIvera, Tiago Correa, Fernando Alvarez Rebeil, Claudia Ramírez, Fermín Martínez.