'My brother the monster': una serie de animación que aterriza en México

Por un lado está Mombou, un pequeño extraterrestre que llega al planeta Tierra por error.

 

Por el otro lado está Petunia, la niña de nueve años que lo acoge, y con ella un grupo de niños con características y sueños especiales: a Tyson le fascinan la ciencia y los inventos; Juliet tiene movilidad reducida pero no le impide ser una apasionada del deporte; a Flora le vuelve loca la moda y el medio ambiente; Gibb quiere ser artista y toca el saxofón.

 

Este grupo explosivo de niños y extraterrestre incluido, conforman el universo de My brother the monster, la serie animada de Gasolina Studios realizada con talento mexicano, en coproducción con Arcana Studio de Canadá.

 

My brother the monster ha recibido el apoyo de Imcine para su realización: en marzo de 2017, desde “Desarrollo de Proyectos de Series y Miniseries”, pudo realizar su primer teaser animado. Y en junio de 2018 se convirtió en la primera serie animada apoyada por FOPROCINE/IMCINE bajo la categoría “Apoyo a la Producción de Series de Ficción y Documental”.

 

Platicamos con su creador, Ernesto Molina, y su productor, Joe Alanis, CEO de Gasolina Studios, sobre esta primera aventura de la animación mexicana.

¿Cómo nace la idea de My brother the monster?

Ernesto Molina (EM): Crecí rodeado de niños más pequeños y de chavos más grandes que yo, pensé que me gustaría hablar de eso en una serie, de cómo estás en tantos grupos y cada uno ofrece una percepción diferente de la infancia, el crecimiento, las emociones. También fui muy fan de Oye Arnold, me encantaba una serie sin buenos ni malos, donde la historia la construyen los conflictos de tener diferentes personalidades: cómo se reconcilian, cómo aprenden, cómo crecen; ese motor hizo girar la ardilla para desarrollar la serie.

 

¿Cuándo aparece Gasolina Studios para acompañar el proyecto de Ernesto?

Joe Alanís (JA): Nos conocimos en 2016, en Pixelatl. Le pedí a Ernesto que me prestara su biblia y quedé enamorado del proyecto: tenía alma, una historia que contar, personajes adorables. Le dije que quería ser el productor de su serie y tomamos el proyecto en mi estudio, Gasolina. Ernesto se integró a Gasolina con proyectos que hacíamos para clientes y a la par fuimos llevando My brother the monster. De pronto sale la convocatoria de desarrollo de series de Imcine, metimos My brother the monster y nos apoyaron para producir el teaser.

¿Desde cuándo existe Gasolina Studios?

JA: Yo quería ser animador desde los seis años, mi hermana estudio diseño gráfico, un día me invitó a una exposición de animación a su universidad y me enamoré del medio. Estudié diseño industrial porque era la carrera más similar, cuando me gradué di clases de animación, fotografía, guionismo y varios de los engranajes para lograr un proyecto animado; me invitaron a dirigir una carrera de animación en el Tec de Monterrey campus Laguna y ahí me estuve empapando de todos los procesos. Gasolina empezó con un proyecto pequeñísimo que desarrollaba yo solo; ahora tenemos un equipo de 50 personas.

 

Ernesto, ¿My brother the monster es tu primer proyecto, o cómo fue tu formación como animador?

EM: Yo no soy animador, por carrera soy comunicólogo visual, primero trabajé en agencias como asistente creativo y mientras hacía networking en eventos de animación. Fui ganador de una convocatoria que lanzaron Cartoon Network y Anima Estudios, me dieron un corto de dos minutos en Cartoon Network durante un mes. My brother the monster fue el tercer proyecto que mostré en Pixelatl, entonces conocí a Joe y unimos fuerzas para la convocatoria de Imcine. Ha sido un aprendizaje importante, en el cual las cosas implementé lo que aprendí de mi carrera de comunicólogo y en mi formación de liderazgo.

 

Dices que no eres animador y aun con esas limitantes intentas incidir en el medio; estás consciente de que tienes que participar de un ejercicio colaborativo, en este caso con Gasolina Studios

EM: Sin un productor que te avale como artista y te dé herramientas para realizar la producción, es muy difícil salir adelante. Necesitaba personas que pudieran sumarse y empujar juntos; así funcionó la sinergia que tuvimos con Joe: él quería encontrar una manera de hacer crecer su estudio y yo quería convertirme en un creador de animación; nuestras metas estaban alineadas.

JA: Cuando vi la Biblia pensé: alguien va a producir eso y me encantaría que fuera yo; los temas centrales de My brother the monster son muy lindos, habla de resiliencia humana, de autoestima, de creatividad, de amistad, de inclusión.

¿Qué obstáculos tiene un estudio de animación como Gasolina para participar de la industria?

JA: Comparándonos con otros países como Canadá, allá hay incentivos fiscales para producir series, se convierte en un imán que atrae la inversión de otros lugares del mundo. México está años luz de distancia, no tenemos esos incentivos fiscales y por lo mismo hay mucha fuga de talento.

EM: Un golpe fuerte que recibimos como industria fue el cierre de Proméxico y Marca México, que eran parte importante de nuestra exposición comercial en otros países. Por suerte todavía tenemos iniciativas como la de Pixelatl, que busca darle la vuelta a esas cosas y creamos delegaciones mexicanas con participación en el extranjero. En estos momentos de la pandemia la animación se está convirtiendo en algo relevante, en Gasolina hay 50 personas que trabajan desde sus casas y producen la misma cantidad de trabajo que un estudio; se nos haría natural tener más financiamiento por parte del sector de entretenimiento. Me gustaría que se notará eso: a la animación no la paró la pandemia.

 

¿Qué necesitarían por parte del gremio cinematográfico para que acompañaran a los estudios de animación?

EM: Muy pocas personas de la industria tenemos el privilegio de un network  amplio, que conozcamos gente de Amazon, HBO, Netflix, Cartoon Network y Nickelodeon; una persona que no ha podido crear network y quiere dedicarse a la animación Imcine puede ayudarlo con eso. Nos haría más fácil la chamba de llevar la serie o la película a pantallas, entraríamos certificados con esto, nos da un sello de garantía.

JA: Por otro lado sorprende que aún hay voces que no reconocen a la producción de series como una parte importante del desarrollo del cine en México. Ahorita el cine tradicional se ha visto muy golpeado porque no hay salas de cine exhibiendo películas, pero todos están viendo series en Netflix, HBO o en Prime, es un área de la industria que se tiene que apoyar, trae empleo a muchas personas y da voz a creadores, escritores y todo el talento que está detrás.

 

¿Hacia dónde va My brother the monster?

EM: Hay que llevarlo a tantas regiones como sea posible, hacerla una licencia fuerte en México. Planeamos una estrategia comercial ambiciosa, donde la propiedad salga de la pantalla y esté en las manos de los niños, en la sopa, en la caja de cereal. Si lo logramos podríamos ser un parteaguas, el primer caso de muchos que vengan adelante, que empiecen a tapizar la televisión mexicana con productos hechos en México.

JA: Y con Gasolina Studios queremos convertirnos en una plataforma para creadores mexicanos y latinoamericanos, que nuestras propiedades intelectuales lleguen a una audiencia, entretener al público que está viendo nuestras series, nuestro trabajo en general.