Archivo Fílmico del Noreste: al rescate del antiguo Monterrey

¿Quién es Antero Escamilla Ornelas? Las historias del cine mexicano apenas sabrán de su existencia, pero algunas generaciones augustas de la ciudad de Monterrey habrán visto sus noticieros documentales, antes de que empezara la función estelar. Presencia constante de las pantallas regias, el trabajo de Antero desapareció hacia los años ochenta, y su labor se olvidó en viejas latas de cine, en alguna bodega de Ciénega de Flores.

Gil Morales y Myrna Silva buscaban una película regia, también olvidada, cuando supieron de la existencia de esta colección de pequeños documentales. Jorge Escamilla, hijo de Antero, quería deshacerse de ellos. Morales adoptó latas y rollos. Es el punto de partida del Archivo Fílmico del Noreste: proyecto que busca crear un acervo de películas regiomontanas y de la región, y que inicia con el trabajo de Antero Escamilla. 

El Archivo Fílmico del Noreste tiene el apoyo de Focine Acervos y va reconociendo un espacio-tiempo alucinante: el de aquella ciudad de Monterrey anterior a la Macroplaza. Y de este ejercicio de preservación y descubrimiento nos ha platicado Gil Morales. 

 

¿Cómo llegaron a esta colección de películas?

Buscábamos una película que supuestamente se habría filmado en Monterrey en los años cincuenta. Entonces encontramos esta colección de noticieros fílmicos documentales.

En Ciénega de Flores, a unos 40 minutos al norte de San Nicolás de los Garza, alguien tenía una colección de películas que pertenecían a su padre. Estaban abandonadas en una bodega, expuestas al polvo y al aire, sin ningún sistema de refrigeración. Jorge Escamilla estaba interesado en deshacerse de estas películas. Decidimos adoptarlas y las trasladamos a nuestra oficina, donde las hemos resguardado y trabajado poco a poco. 

Antero Escamilla, un cineasta de los años cuarenta, comenzó estos noticieros fílmicos en Monterrey. Le heredó el oficio a su hijo, Jorge Escamilla. Juntos crearon Producciones Escamilla de Cortos y Documentales de México, aunque tuvo varios nombres a lo largo del tiempo. 

 

¿Han tenido la oportunidad de revisar este material? ¿Qué contiene? 

Supongo que Antero tenía una colección de cosas que él no había filmado, pero que de alguna manera consideraba valiosas. Entonces encontramos un rollo de un torero llamado Rodolfo Gaona, quien se retiró en 1925 y el rollo contiene la corrida de su despedida. También hay dos rollos de nitrato, uno filmado por Antero, de 1951. Documenta el centenario del municipio de General Terán, situado al sur de Nuevo León. 

Encontramos a un niño cantor vestido de mariachi, lo cual refleja las tradiciones y costumbres de los pueblos. Además, está el informe del gobernador Raúl Rangel Frías en 1956. Es un rollo de 16 mm, a color y con sonido, que se encuentra en perfectas condiciones. A través de este rollo podemos observar el Monterrey de esa época, antes de que se construyera la Macroplaza. A mi generación y las posteriores nos encanta conocer ese centro de Monterrey antes de los cambios de los años ochenta, cuando derribaron muchos edificios antiguos durante el gobierno de Alfonso Martínez Domínguez. Entre los edificios que desaparecieron hay varios cines, incluido el cine Elizondo. Este rollo es maravilloso, aún siento emoción al hablar de él. Hemos revisado casi el 50% de todos estos rollos, pero aún quedan muchos que no hemos abierto, hay mucho por descubrir.

 

¿Lo que han revisado les da una idea de quién es Antero Escamilla? ¿Qué han descubierto de él y su productora?

Antero tenía un estilo de cine peculiar, distinto al que Jorge desarrolló, que podría describirse como un cine más funcional. Antero, en cambio, era un artista en el ámbito cinematográfico. Sobre Jorge, su padre lo obligó a involucrarse en el negocio, ya que ninguno de sus hermanos mostró interés. Jorge aceptó esta responsabilidad y, en retrospectiva, fue una decisión acertada, ya que Producciones Escamilla prosperó en los ochenta y noventa, firmó contratos con muchos gobernadores y presidentes, lo que contribuyó al crecimiento del negocio. Antero falleció en 1985 y, a partir de entonces, podemos observar un cambio en la dirección y en la forma de filmar.

 

¿Cómo han trabajado con el material de Antero Escamilla? ¿De qué manera han aprovechado el apoyo de Focine Acervos?

Ya teníamos experiencia en la obtención de apoyo de FOCINE; en 2021 lo recibimos para la producción de un documental. Cuando supe que había un apoyo similar para acervos, mi intención fue ayudar a Jorge Escamilla a acceder a este apoyo. Pero él quería deshacerse de los materiales, ya no quería saber más de ellos.

Tan pronto como obtuvimos los materiales, los trajimos a la oficina gracias al apoyo de Meynardo Vázquez y Martín Montes, quien trabaja en la bóveda de preservación de Cineteca Nuevo León. También contamos con la asesoría de Fernando del Moral, investigador y restaurador. Con ellos planificamos su restauración. Revisamos su nivel de deterioro, ya que habían estado almacenados en condiciones poco favorables. Pensábamos que, al abrir las latas, encontraríamos materiales en mal estado, pero no fue así. Muchos materiales están en buen estado e incluso muy bien.

Aplicamos un químico que nos recomendaron los expertos. Sometimos los rollos a un proceso de hibernación durante seis meses, que permiten que el químico penetre a nivel molecular en la cinta. Normalmente, la diferencia radica en la flexibilidad: un rollo en buen estado es muy flexible y se puede manipular fácilmente, mientras que uno deteriorado, deshidratado, tiende a contraerse y se vuelve quebradizo. Luego ingresamos al laboratorio de Preserva, donde conocimos a Tzutzumatzin Soto. Aprendimos más sobre la gestión de acervos, colecciones y archivos. Este conocimiento nos dio el impulso para participar en la convocatoria, y ha sido un año y poco más, con avances rápidos. Nuestro acervo está progresando en la dirección correcta y con gran éxito.

 

 

¿Han pensado qué hacer con estos materiales a largo plazo? ¿Qué planes contemplan para este material?

Nuestra idea es compartirlos en la ciudad y en la región noreste. Son patrimonio de la ciudad, muestran una época que ya no existe. Son de tal importancia para la historia de nuestra región, que deben estar al alcance de la comunidad. Nuestro objetivo principal es difundirlos. Esto implica un proceso complejo, incluye la digitalización y la creación de una plataforma funcional. Sin embargo, estamos comprometidos con poner estos materiales a disposición de todos.

 

Presentación Preserva 2023: Archivo Fílmico del Noreste

 

Ustedes se denominan Archivo Fílmico del Noreste, un nombre más ambicioso que la colección Escamilla. Me hace pensar si no les ha picado la curiosidad hacer un ejercicio más amplio en la recuperación de otros archivos fílmicos que puedan existir en el norte. 

Al trabajar con este archivo siempre aparece una pregunta: ¿Dónde están los materiales que se firmaron en esas épocas? No solo de los años veinte, treinta y cuarenta, sino que también la industria se filmaba a sí misma para documentar sus procesos. 

La primera filmación que los historiadores señalan como tal es un proceso en la cervecería Cuauhtémoc. Entonces te preguntas si existen registros similares. Sin duda, las grandes industrias deben tener una cantidad considerable de materiales. Sabemos que FEMSA poseen un archivo extenso. El archivo de Fundidora también se conserva. Pensamos que el desconocimiento sobre cómo preservar estos materiales podría contribuir a que muchos no se conserven en buen estado. Sin embargo, si estos materiales aún existen, estaríamos encantados de recibirlos. También quisiera extender la invitación a nuestra audiencia; si alguien en Monterrey o la región tiene una colección de rollos fílmicos y no sabe qué hacer con ellos, el Archivo Fílmico del Noreste les dará el cuidado que se merecen, tal como lo hacemos con la colección de los Escamilla.

 

¿Cuán beneficioso resulta para ustedes conocer propuestas de preservación que se desarrollan en otras regiones, como Oaxaca, Zacatecas y Michoacán? 

Es sumamente importante conocer los métodos y enfoques que emplean otros colegas. Muchos de quienes trabajamos en archivos o acervos somos independientes y contamos con recursos limitados. Eventos como Preserva fortalecen nuestros lazos y nos permiten apoyarnos. Compartir experiencias sobre cómo alguien abordó un problema específico, nos brinda conocimiento y nos fortalece para desarrollar nuestras propias estrategias.

Es cierto que gestionar un archivo es un desafío considerable. Mantener rollos en formato de 35 mm es un trabajo complicado, que requiere una infraestructura que actualmente no poseemos. No obstante, confiamos que en el futuro encontraremos aliados convencidos de que nuestro archivo está haciendo las cosas de manera correcta. Así podremos seguir obteniendo apoyos, tanto de entidades privadas como públicas. 

También es importante esta estrategia del Imcine. Si no existiera este estímulo, mucha gente podría dejar sus archivos en el olvido. Gracias a estos apoyos las colecciones emergen a la luz, y eso es lo importante. Es fundamental que seamos conscientes de nuestra historia. En este sentido, aplaudo lo que Imcine está logrando. No solo por su apoyo a proyectos como el mío, sino por el impacto que tiene en general. Es un trabajo excepcional.